1729 No te faltan ventas por el contenido, te falta estrategia.

Hoy es jueves 27 de marzo de 2025, episodio 1729, y vamos a hablar de por qué muchas veces lo que creemos que es el problema en nuestro negocio… en realidad no lo es. Si sentís que el contenido no te funciona, este episodio te va a mostrar una perspectiva diferente.

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

¿Sentís que tus publicaciones no venden?

Hola, ¿cómo va?
¿Sentís que tus publicaciones no venden?
¿Pensás que el problema es que no hacés suficiente contenido o que necesitás que alguien te ayude?

Bueno, puede que no seas vos el problema.
Tal vez estás pifiando en la estrategia.
Puede que estés equivocando el mensaje y por eso las cosas no te funcionan.

Así que hoy, a partir de un caso real, vengo a contarte algo muy importante que te va a servir independientemente del negocio que tengas.
Así que atenti.

Creés que sabés cuál es el problema… pero no.

A partir de un caso real, de algo que me pasó en estos días, vengo a plantear una cosa que es muy común en el mundo emprendedor:
Creer que sabés el problema que tenés y cómo solucionarlo, cuando en realidad no tenés ni idea de lo que realmente está pasando.

Por eso, quienes nos dedicamos a esto trabajamos con clientes,
porque podemos ver cosas que ellos no ven,
lógicamente porque no es su profesión.

Nosotros, que estamos con la nariz todo el día metida en esto del marketing,
tenemos una visión bastante más entrenada.

Para mejorar tu vida necesitás guita.

Pero antes, déjame recordarte algo súper importante:
Para mejorar tu vida necesitás guita.
Para ganar guita, si tenés un negocio, necesitás vender.
Y para vender en 2025, necesitás marketing.

Si estuviéramos en 1980, te diría, bueno, tal vez sin marketing podés vender.
Abrís la puerta y, como sos el único negocio en 10 cuadras a la redonda, vas a vender.

Bueno, hoy no ocurre.
Te pueden comprar a vos,
al vecino,
al que está en el otro barrio,
al que está en el centro de la ciudad,
al que está en otra ciudad,
al que está en otro país,
al que está en otro continente.

Así que necesitás sí o sí marketing.

El dinero no lo es todo, pero ayuda.

Además, vivimos en un mundo en el que el dinero es importante.
Y no se trata de ser materialista, pero es una realidad.

En general, cuanto menos dinero tenés, más problemas tenés.
Y cuanto más dinero tenés, bueno, podés mitigar el efecto de los problemas,
o evitarlos,
o hacer que desaparezcan, etc.

No digo que el dinero lo arregle todo,
pero bueno, si me das a elegir,
prefiero tener dinero que no tenerlo.

Te puedo ayudar a mejorar tu negocio.

Por eso, pasate por carlosmalfatti.com,
dejame tus datos y contame sobre tu negocio en el formulario.

En breve me voy a comunicar con vos para decirte cómo puedo ayudarte a mejorar tu vida mejorando tu negocio gracias al marketing.

Recordá: carlosmalfatti.com.

Un caso real que revela un error común.

Muy bien, hoy vengo a contarte un hecho, un caso real, algo que me pasó hace apenas unos días.
Una amiga me comentó que su hermana tenía un negocio online y que buscaba quien le hiciera un sitio web.
Y como ella sabe que yo me dedico a estas cosas, me preguntó:
“Hey, ¿hacés sitios web?”

A lo que le respondí:
“No, no hago sitios web.”
Antes lo hacía, hace muchos años cuando empecé,
pero hace ya un par de años que estoy volcado íntegramente al tema del marketing.

Del sitio web… al problema real.

Entonces luego me dijo:
Mirá, lo del marketing también le interesa.

Mensaje va, mensaje viene por WhatsApp,
la hermana me comentó que en realidad lo que necesitaba era un community manager.
Porque estaba creando contenido, pero ese contenido no le estaba funcionando.
Tampoco tenía mucho tiempo para dedicarse, etc.

Yo le comenté cómo son mis servicios.
Le aclaré también que no implemento.
Que yo lo que hago con los clientes es diseñar la estrategia, el plan de acción,
acompañarlos durante unos meses para que apliquen ese plan,
y luego dejar en sus manos o en las manos de quien corresponda la aplicación, la mejora, la optimización.

Bueno, el marketing para que siga su camino.

A primera vista, todo parecía estar bien.

Pero de todas maneras le digo:
Mirá, mandame tu Instagram. Así lo miro.

Cuando lo veo, tenía cosas muy interesantes.
Salía muy bien en cámara, grababa muy bien, con buena iluminación, con buen sonido, incluso con subtítulos.
Estaban bien armados los videos.
O sea, era un contenido que me asombró,
puesto que no parecía ser un contenido de alguien que recién empezaba.

Tenía la suficiente calidad como para uno confundirse y decir:
“Bueno, nos encontramos frente al contenido de una persona que hace años que se dedica a esto.”

Así que, por el lado de lo que era concretamente el contenido, estaba bien.

Pero el contenido no comunicaba su propuesta de valor.

Sin embargo, tenía un error de base.
Y el error de base era el siguiente:

Ella se dedica a ofrecer servicios a un nicho muy concreto,
a un determinado tipo de cliente ideal con ciertos requerimientos.

Sin embargo, su contenido no lo reflejaba.

Concretamente, ella se dedica a dar clases de inglés.
Se orienta a aquellas personas que trabajan en servicios:
que trabajan en hoteles, en negocios, en gastronomía.

En destinos turísticos que son visitados por angloparlantes.
O sea, está en un lugar en el que se habla español, donde llegan muchos turistas que hablan inglés.

Imaginate, por ejemplo, en México.
Imaginate, por ejemplo, en España.
Imaginate, por ejemplo, aquí en Argentina, en Cataratas del Iguazú o en Bariloche.

El gran problema: un contenido genérico.

Entonces, ¿cuál era el problema?
Que sus contenidos no reflejaban su propuesta de valor.

Y cuando tus contenidos no reflejan tu propuesta de valor,
y son contenidos genéricos,
que bien podrían ser contenidos de cualquier persona que se dedica a impartir idiomas,
estás en serios problemas.

¿Por qué?
Porque la gente no te va a pagar lo que vale tu conocimiento.
Porque te parecés al otro.
Porque no te posicionaste.
Porque no te diferenciaste.

Entonces, esto es clave.

Cuando el contenido atrae al cliente equivocado.

Además, estás atrayendo a un tipo de cliente que no es el adecuado.
Porque si vos vas a ofrecer, en este caso, enseñanza de un idioma a personas que tienen determinadas tareas,
por ejemplo, en el rubro del turismo,
tendrías que ir precisamente con tu propuesta de valor y toda tu comunicación,
indicando que no sos alguien más que enseña idiomas,
sino que sos una persona que se ha especializado en enseñar idiomas
a personas que trabajan o quieren conseguir empleo
en lugares en los que hay turismo internacional.

El problema no siempre es el que creemos.

Entonces, vos fijate cómo alguien llega segurísimo de cuál es su problema y cuál es la solución.
Y en definitiva, ni ese era su problema, ni esa era su solución.

Por eso aquí voy a llevar agua para mi molino.
Y no lo hago para hacer autobombo, ni decir:
“Ah, mirá qué genio que soy, contratame.”

Pero vos fijate que esto suele ocurrir.

El dueño de un negocio, como no está como uno metido la nariz en el marketing las 24 horas del día, todos los días,
piensa que su falta de venta, su falta de tráfico, el poco alcance, la visibilidad, sus precios bajos,
y todo eso es producto quizá de que no le funciona Instagram.

Y en realidad, quizá la culpa no es de Instagram.
O quizá la culpa no es de la publicidad.
O tal vez la culpa no es de su sitio web.

El verdadero problema suele estar en la propuesta de valor.

Quizá el problema está en que no ha sabido definir con certeza, con exactitud, con claridad,
una propuesta de valor que le atraiga a un cliente que justamente vea ese valor
.

Ahí es donde nosotros, los que nos dedicamos a esto, encontramos el problema.

Vos fijate que a mí me llevó nada.
Me pasó el Instagram por WhatsApp, hice clic desde el teléfono, miré, pim, pam, pum,
en 30 segundos ya sabía cuál era el problema.

¿Esto por qué?
¿Porque yo soy un genio?
¿Porque estoy tocado por la varita mágica?
No.
Porque me dedico a esto.

Y me doy cuenta que si alguien me dice:
“Che, yo me dedico a alquilar salones para fiestas de 15”,
y vos entrás en un Instagram y son todas fiestas de cumpleaños de nenes de 6 años,
tenés que decir:
“Che, acá le estás errando a la comunicación.”

Tu comunicación define a quién atraés.

Lo mismo que este caso.
Si vos tenés una concesionaria de autos de alta gama
y de repente entro en tus publicaciones y escribís como si tuvieras, no sé,
un concesionario de autos usados de bajo precio,
el problema es tu comunicación,
el problema es tu propuesta de valor.

Así, obviamente, vas a estar atrayendo al cliente incorrecto
y no vas a estar ganando el dinero que podrías estar ganando.

Entonces, esto es fundamental.

No se trata de contratar a alguien. Se trata de aprender.

Y al decirte esto, reitero lo que digo siempre.
No hago este episodio para tirarte de las orejas y que termines contratándome a mí
o contratando a una agencia de marketing.

No, no, no.

Por lo menos aprendé.
Si tenés un negocio, esto no se te puede escapar.

Es tan sencillo como cambiar tu comunicación, cambiar el enfoque.

Date cuenta:
Si vos tenés, no sé, una guardería para perros de pequeñas dimensiones,
no pongas fotos de perros grandes,
porque te va a llegar gente que tiene perro grande y no es tu cliente.

Es tan simple como eso.

El problema es no saber que hay un problema.

Pero claro, quien no está en el tema, no lo ve.
La persona que no se dedica a esto cree que todo da igual.

Pero no porque le falten neuronas,
o porque sea una persona tonta,
sino porque no se dedica a esto.

Por lo general, quien tiene un negocio de ropa está metido en el mundo de la moda o de la ropa.
Y bueno, no en el mundo del marketing.

Lo mismo para cualquier rubro.
Lo mismo para idiomas, para turismo, para una ferretería.

El marketing también se aprende.

Esto que hago yo, se aprende.
Se aprende con mucho esfuerzo.
Se aprende también golpeándote contra la pared.
Se aprende capacitándote todos los días, como lo vengo haciendo.
Se aprende también enseñando, como lo vengo haciendo desde hace seis años.

Entonces, ¿qué es lo que te quiero decir?
Nuevamente, no estoy haciendo ni autobombo.
Pero tenés que aprender.

Hoy se juega con otras reglas.

Si vos tenés un negocio,
lo dije en la apertura de este episodio,
ya no se puede vender como si estuviéramos en 1980,
cuando el único negocio que había en tu barrio era el tuyo.

Hoy la competencia es feroz.

Y no solamente la competencia en cuanto a lo que uno ofrece y vende,
sino también la competencia por la atención de las personas.

Si vos no lográs primero la atención de las personas,
no vas a lograr ventas.

Y si vos tenés una red social
y tu contenido no está alineado con tu propuesta de valor,
vas a estar o pasando desapercibido,
pareciéndote a los demás,
o atrayendo a un cliente que no es el correcto.

No pierdas tiempo corrigiendo el problema equivocado.

Entonces, obviamente tu negocio no va a funcionar.
Si estás fallando en tu comunicación,
si no estás pudiendo proyectar tu autoridad, tu conocimiento, tu experiencia, tu propuesta de valor,
entonces mucho cuidado con esto.

Mucho cuidado con ponerte a diagnosticar los problemas de tu negocio cuando no tenés ni idea.
Es como que te duele algo y te metés a Google a ver si te vas a morir o no te vas a morir.
Algo que también las personas hacen.

Si te sentís mal, bueno, andá al médico.
Probablemente el médico te pueda diagnosticar mejor que tu vecina del quinto.

Entonces esto es lo mismo.

En conclusión.

No pierdas tiempo, no pierdas energía, no pierdas recursos
tratando de enmendar algo que tal vez no se arregle como vos pensás que se puede arreglar
porque el problema no es el problema que vos creés que tenés.
El problema es otro. Así que mucha atención con esto.

Por lo pronto, no tengo más que decir por hoy, pero sí por mañana,
porque mañana nos volvemos a encontrar.

Eso sí, antes de irme, acordate, ponete en acción porque el tiempo no perdona.

Chau chau. Gracias por estar. Nos vemos.

¿Querés vender más?

Si querés vender más puedo ayudarte.
¿Qué te parece si hacemos una consultoría por videollamada?

  1. reservás tu lugar.
  2. nos conectamos.
  3. me contás sobre tu negocio
  4. y te asesoro para que mejores tu marketing, contenidos, publicidad o lo que necesites.

¡Deja de perder tiempo, dinero y energía en acciones que no te dan resultados!
Empezá a vender con estrategias, metodologías, contenidos y publicidad.

Escribime y reservá ya mismo tu lugar.