1142 Anuario 2022: El problema de tu cliente determina el valor de tu solución.


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Hoy es: JUEVES 29 diciembre 2022 | Estamos en el episodio: 1142 Seguimos con el anuario del año que se va. 12 temas seleccionados uno para cada mes.

En este episodio vengo a decirte que el problema de tu cliente determina el valor de tu solucion.

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

El problema que tiene tu posible cliente determina el valor de tu producto o servicio.

Muy bien, como te decía, el problema de tu cliente va a determinar el valor de la solución que aportas.

Siempre te digo que cuando vas a vender un producto o servicio, tengas en cuenta que en realidad, o sea que dejes de enfocarte en sí en el producto, y que pienses en tu posible cliente, en sus problemas y en cómo eso que vos le ofreces le mejora la vida, le resuelve ese problema puntual, eso que solemos denominar puntos de dolor.

La importancia de los “puntos de dolor” del cliente.

Si nosotros atacamos con nuestro marketing, con nuestra comunicación y con nuestra propuesta de valor esos puntos de dolor de nuestro posible cliente y le decimos que nuestra solución es la mejor solución para resolver problema, seguramente vamos a tener mayores chances de que nos considere y luego nos compre.

En esto es muy clave comprender que el problema que tiene este hipotético y posible cliente va a determinar el valor de la solución.

En el episodio original te di un par de ejemplos que voy a darte nuevamente hoy, como el de la cerrajería.

El ejemplo de la cerrajería y el valor del cerrajero de acuerdo al problema.

Vamos a imaginar que vos, como cliente de una cerrajería, querés reparar una cerradura o cambiarle la combinación.

Tenés una puerta, la estás pintando, la desarmaste y decís: «Bueno, esta cerradura que no funciona, la voy a arreglar», y te vas a la cerrajería con la cerradura en la mano y las llaves y demás.

Ahora, imagínate que en vez de ser un día cualquiera a una hora cualquiera, y que vos vas personalmente con la cerradura en la mano, resulta que es un feriado o un domingo a las 4 de la mañana, tuviste un problema con las llaves, tu casa y no podés entrar, y llamas a un cerrajero.

En el primer ejemplo, el cerrajero te va a cobrar un precio. Sí, en el segundo, te va a cobrar otro, casi que te va a arrancar la cabeza. ¿Por qué? Porque el segundo problema es mucho más importante que el primero.

Cuando el problema del cliente es mayor, el valor percibido también lo es, por ende el precio sube.

No es lo mismo un día cualquiera llevar una cerrada «Ay, tengo esta cerradura, voy a ver si la puedo arreglar», a un domingo a la madrugada quedarte afuera de tu casa.

Y este ejemplo sencillo a propósito, para que lo entiendas bien, se puede trasladar a otro tipo de productos, servicios o negocios.

Mi ejemplo con los servicios de consultoría.

No es lo mismo, por ejemplo, como mi caso, consultor de marketing, indicarle a una persona cómo mejorar su perfil de Instagram que diseñar una estrategia para que esta persona multiplique por dos, por tres o por diez los ingresos que tiene.

Una estrategia con su plan de acción, con todo.

Y aquí no estoy hablando de tiempo, porque a veces la confusión viene al pensar que bueno, esto tiene más valor porque yo estoy dedicándole más tiempo. (Que en cierto modo también esto es correcto), pero el foco, vos tenés que ponerlo en valorar lo que hacés, el servicio que brindás.

Tu precio es la suma de la percepción de valor y la importancia que la solución tiene para tu cliente.

Precio es percepción de valor y la percepción del valor de tu propuesta está en la cabeza de tu posible cliente.

Entonces, y sin dejar de pensar en el valor de tu propuesta, un valor que está conformado por tus conocimientos, trayectoria, experiencia, etc.

En el caso de que vendas un producto y tengas un negocio físico, la ubicación, la calidad de lo que vende, la atención al cliente, los años que tenés en la industria, en el rubro.

Más allá de eso, que de por sí le dan valor a lo que ofreces, tenés que pararte y ponerte en los zapatitos de tu posible cliente para entender cuán grave, vital e importante es el problema que tiene.

Porque de acuerdo a la gravedad de su problema, de acuerdo a la dimensión de ese problema que enfrenta él en su cabeza, le va a dar un valor a la solución.

Un problema pequeño vale menos que un problema grande.

Si su problema es pequeño, entonces buscará una solución de igual magnitud.

Si es un gran problema, no le importará lo que tenga que pagar.

El ejemplo del analgésico.

En marketing también se suele mencionar como ejemplo, sobre todo cuando se habla de puntos de dolor, el del analgésico para el dolor de cabeza.

Cuando a vos te duele la cabeza y no lo soportás, vas a la primer farmacia que encontrás y pagás lo que debas pagar para sacarte el dolor de cabeza.

¿Por qué? Porque aquí la magnitud del problema está por encima del precio.

Obvio que esto, dentro de ciertos parámetros. Si alguien dice «no, está vaya aspirina sale 10.000 dólares», bueno, depende, depende. Si estás en un apocalipsis zombie y es la última que queda, puede valer más.

Pero en definitiva, y concretamente, toda vez que vayas a poner precio a tus productos o servicios, no solamente pienses en lo que aportás vos como negocio, sino también en cómo valora tu posible cliente la solución de ese problema.

Qué tan grande es ese problema que vos le resolvés.

En fin, esto ha sido todo por hoy. Te espero mañana para el último episodio de este anuario 2022. ¡Chau!

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