1766 No pienses en Instragram, pensá en tu familia.
¿Crear contenido te parece un dolor de huevos? ¿Lo ves como una pérdida de tiempo para alimentar algoritmos en vez de tu negocio? Te muestro cómo cambiar el chip: dejá de pensar en Instagram y empezá a ver la creación de contenido como el puente para llenar la heladera, pagar las cuentas y darle una mejor vida a tu familia.
Bienvenid@s a otro episodio.
Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.
Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.
Crear contenido: ¿Tortura china o inversión para tu negocio?.
Hola, ¿cómo va? Che, ¿sos de los que escuchan crear contenido y ya te agarra urticaria? De los que dicen, no tengo tiempo para estas pelotudeces, esto no es para mí, total, si nadie me va a ver. Si crear contenido para tu negocio es una tortura china, una pérdida de tiempo, un laburo que no te rinde, pará la oreja, porque hoy vengo a decirte un par de cositas que puede ser que te hagan cambiar de opinión.
Bueno, che, voy a ser brutalmente honesto, crear contenido, sí, puede ser un verdadero dolor de huevos, alguien tenía que decirlo. Lleva tiempo, lleva dinero a veces, tenés que pensar, creatividad, exponerte, poner la jeta muchas veces delante de la cámara para vender las cosas que vendés y que la gente te conozca, conecte, te sienta como parte de la familia y luego de hacer un gran laburo, no funciona. No tenés exposición, no tenés alcance, no tenés visibilidad.
El juego de las plataformas: Del alcance regalado a la cruda realidad.
Ya sabemos cómo es el juego de las plataformas. Las terribles, las malévolas plataformas, primero te regalan alcance, visibilidad, como un negocio, como un boliche que está abriendo, viste, te invita al trago gratis. Bueno, lo mismo, vengan, crean contenido acá, la, la, la, la, y vos creás el contenido y te ve todo el mundo. Cuando arrancó Facebook vos ponías cualquier pelotudeo y la veía, no sé, hasta tu bisabuela que no tenía Facebook la veía. No me preguntés cómo, pero todo el mundo veía. Ibas a comprar el diario, decía, eh, te vi en Facebook, ibas, no sé, los compañeros de la primaria que no veías hace 152.000 años, veían tus contenidos, la gente se reunía, era un viva la pepa.
Y lo mismo cuando arrancó Instagram, estabas haciendo fideos con manteca y se te quemaron, le sacabas una foto y ya eras un gourmet. Todo el puto mundo va, ya ves, qué bueno los fideos. Bueno, hoy no ve nadie lo que hacés.
Bueno, a ver, esto es relativo. Hay gente que lo hace muy bien y esta gente que lo hace muy bien tiene resultados. Pero la competencia es tremenda, la cantidad de contenidos que hay es infernal. La inteligencia artificial, creo haberlo dicho en otros episodios, también se ha convertido en un bravísimo competidor. Entonces, ¿qué pasa? Bueno, no te dan ganas porque ciertamente crear contenido termina siendo una labor de tiempo completo. Es como tener un segundo negocio.
La tentación de abandonar: ¿Es una opción no crear contenido?.
Entonces, sí, bueno, que se vayan a mierda los contenidos, que se vaya al carajo de Instagram, que se vaya al diablo TikTok, no voy a subir nada, me importa un pomo. Y la verdad que, bueno, no está mal. A ver, hay muchas empresas, emprendedores, pymes, marcas personales que tranquilamente pueden subsistir sin seguir en esta locura de crear contenido en todas las redes y como te dicen la mayoría de los gurús.
Yo soy un ejemplo de alguien que, bueno, tiene este laburo, vive de esto y ha sido todo a partir del podcast. Pero, sin embargo, es sentido. Hoy día estoy sintiendo el cimbronazo de no tener presencia en redes porque ha cambiado muchísimo el consumo de contenido, la competencia, la cantidad de los contenidos, la necesidad de crear o de estar presente en formatos cortos y rápidos porque la gente se ha mudado también a estas plataformas.
Entonces, digo, estamos ante un contexto bastante delicado y que hay que saber leerlo y a partir de ahí trazar una estrategia y una estrategia que sirva para mejorar tu negocio. En definitiva, cuando yo arranco los episodios y digo, para mejorar tu vida necesitás guita, para ganar guita, vender y para vender marketing. No es una frasecita que suena bien. Realmente lo creo y es lo que yo hablo con mis clientes. Escuchame, vos tenés un negocio. ¿Cuál es el objetivo de tu negocio? Bueno, el objetivo es vender, generar ingresos, ser lo más rentable posible, hacerlo con la mayor eficiencia, con menos dolores de cabeza, poder posicionarte bien frente a tu competencia. ¿Y esto cómo se logra? Y no se logra, como digo en la apertura, abriendo la puerta y que entren los clientes. ¿Alguna vez fue así? Bueno, lo mismo pasa con los contenidos. ¿Alguna vez bastaba con subir cualquier pelotudez y eso servía? Bueno, hoy no sirve.
No te pelees con la realidad: Entendé el juego del contenido.
Entonces, esto significa que tenés que mandar todo el carajo y decir, bueno, no voy a crear contenido porque me embola. Estoy enojado con Instagram, estoy enojado con el algoritmo, estoy enojado con esto de buscar la viralidad, estoy enojado porque la gente consume mierda. Y bueno, sí, ¿quién no? Yo también. ¿Cuántos episodios tengo hablando de los contenidos? Y que hay gente que se rompe el alma tratando de ser creativa y se graba y no sé qué y se maquilla y prende las luces y dice algo súper interesante, de gran valor lo ven cuatro gatos. Va un boludo y hace un chiste pelotudo y lo ven siete millones de personas. Y bueno, es que funciona así.
Muchas veces cuando yo hablo con los clientes les digo, esto es como el rating de la televisión, como el rating de la tele o como una elección. Mirá, ayer hubo elecciones aquí en Argentina, bueno, en la ciudad de Buenos Aires, mejor dicho, no en todo el país, y ganó el que ganó y perdió el que perdió. ¿Por qué? Porque la gente decide, punto. No, que la gente no sé qué, que no tienen criterio, que la gente es cabeza de termo. No sé, sí, sí, sí, no. Acá lo que importa es que la gente fue y votó lo que le pareció que había que votar. Bueno, con los contenidos es lo mismo. No nos podemos pelear con la realidad. Te lo dije mil veces. La realidad es la que es. No te pelees con la realidad. Amigate con la realidad. Entendés cómo funciona. Y además, abrí un poquito la cabeza para darte cuenta que, si a alguien le va bien, también te puede ir bien a vos.
Ahora, ¿cómo hacen esos tipos para que les vaya bien? Los hay de todo tamaño y color. Pero en general, si vos empezás a escarbar, te vas a dar cuenta que hay gente que entiende cómo funciona la plataforma, entiende cómo se consume el contenido, entiende la manera de crearlo de forma tal que tenga mayores chances de ser exitoso. De modo que, en vez de crear a tontas y a locas, como un servidor hizo a finales del año pasado, que lo he contado mil veces, se ponen en una tarea que diría prácticamente científica, de tratar de discernir, de entender cómo corno hacer un video, por ejemplo, y que la gente preste atención y mantener esa atención, y hablar de temas que sean lo más generalistas posible para que impacten a un mayor número de personas, que muestran interés de manera que la plataforma lo siga mostrando. Bueno, es todo un arte, pero hay cantidad de contenidos. Lógico que si vos ponés contenido viral, te vas a encontrar cada fantasma que te va a decir, ponés música en tendencia, no, las pelotas, no funciona así. Entonces digo, hay que escarbar un poquito, hay que investigar.
Cambiando el chip: El beneficio oculto de crear contenido.
Pero ¿dónde está la parte positiva? Y acá es donde yo quiero que hagas el chip. El chip, dije, no, el click. Que cambies el chip, quise decir. Ah, y me hizo acordar cuando iba a los cumpleaños, cuando era chico, había algo que se llamaba chips, que era unos pancitos como un pebete, que se le ponía mayonesa y fiambre. No sé si siguen existiendo los chips, si tenés panadería, o si tenés un salón de fiesta, o si tenés niños, decime, che, todavía existen. Pero estaban buenos los chips. También estaba CHiPs, que era la serie esa de televisión, que venían los tipos, los del State Trooper de California. Bueno, me fui por las ramas.
Quiero decir, hay que cambiar el chip. Y sé que es un dolor de huevos o de ovario crear contenido, con todo esto que te acabo de comentar, con el tipo de contenido que se consume, con la gente que cada vez consume más estupideces, con la cantidad de competencia que hay. Pero ¿sabés qué pasa? Si lo hacés bien, es un antes y un después para tu negocio. Y esto es indudable. Contala como quieras, enojate con quien quieras, pero mirá a tu alrededor y vas a ver un montón de gente que está vendiendo cantidad por el solo hecho de crear contenido, de animarse, de prender la cámara, de empezar a contar su historia, de empezar a mostrar su negocio, su backstage.
No digo que sea un camino de rosas, no digo que sea algo que de buenas a primeras, sin preparación y te puede salir, yo qué sé, te puede salir de puro culo. Hay un montón de gente que por su forma de ser, por su forma de expresar, quizás por ser simpático, por ser diferente. Yo he visto muchos creadores de contenido sacando a los grandes, porque todos te van a hablar de MrBeast, de este, del otro. No, no, no. Estamos hablando de gente normal, de a pie, que tiene un pequeño negocio. Yo he visto tipos más grandes que yo, incluso tengo 53. He visto gente más grande que hace, no sé, por decir parrillas, parrillas para hacer asado aquí en la Argentina, y te muestran el tallercito, y te hablan pausado. No es esa locura. Si querés saber cómo hacer una parrilla para hacer un asado en 5 minutos, no, no, no es la taradez de siempre. Es un tipo normal que hace parrilla y que prendió la cama y dice, te cuento cómo hago las parrillas. Y tiene decenas de miles de seguidores, gente que cocina, tipos que tienen ferretería. Entonces digo, no todo es el contenido estructurado de los cinco trucos que tienes que saber para no sé qué. Por lo general eso es lo que menos funciona, porque alguna vez funcionó, cuando lo hacían tres gatos, ahora todo el mundo hace la misma gilada, no funciona.
El contenido como el negocio: Si no abrís, no vendés.
Pero, ¿qué es lo que voy? Lo que voy es que no pienses en el contenido como una tarea al pedo, molesta, dificultosa, casi una imposición, una obligación, algo que te da bronca y que no querés hacer. Pensá en el beneficio de la creación de contenido. Es como abrir el negocio. Vos tenés un negocio y muchas veces no te dan ganas de ir a laburar, de abrir, viene el cliente, hay clientes que son muy pesados. Si tenés un negocio sabés cómo funciona, sea físico o sea digital. No todos los días estamos con el mismo humor, no siempre te dan ganas. A veces decir, pucha, ¿para qué me levanté? Pero lo que sí tenés claro es que si vos no abrís el negocio, no vendés. Y si no vendés, no ingresa dinero. Y si no ingresa dinero, no pagás las cuentas, no llenás la heladera, no pagás el colegio de los pibes, no te podés ir de vacaciones, etc. Bueno, esto es lo mismo.
Y no quiero decir con esto que estés obligada u obligado a crear contenido. No. Podrías tener otras estrategias dentro del ámbito del marketing. Tampoco tenés que poner la jeta. Podrías hacer contenido faceless. Tampoco tendrías que poner el cuerpo vos. Podrías ponerlo, no sé, un familiar tuyo que se le da bien. Conectar con la gente, hablar, contar chistes. No sé. Hay que buscarle la manera.
Pero la invitación de este episodio es que vos digas, pucha, sí, es una cagada crear contenido. Me embola, no me gusta, me da miedo, me aterra salir en cámara, no me gusta mi voz, no me gusta que se me vea la buzarda. Lo que sea. Pero, parate el otro y decir, pucha, ¿qué podría pasar si yo creo contenido y la pego? Y la gente me conoce y conoce mi negocio y me acerco a la gente y la gente conecta conmigo y no sé qué. Y podrías vender más. ¿Y no tenés ganas de vender más? Y me dirás, sí, ¿quién no quiere vender más? Bueno, listo. Velo de esta manera. En vez de ver la dificultad de ver o de enfocarte en el tema de que tenés que trabajar para que gane guita la plataforma, porque a veces terminamos siendo esclavos de la plataforma, el negocio de las redes sociales, fenomenal. Ganan con la publicidad y ganan con nosotros. O sea, tienen decenas de miles de gente laburando gratis, que son los que suben contenido, y nosotros que los usamos y les damos nuestros datos, y ellos además le cobran a los anunciantes para hacer publicidad. Bueno, uno también es anunciante. Digo, es un negocio formidable, es una idea maquiavélica. Cierro los ojos y me imagino a Mark Zuckerberg de Facebook, de Meta, como el señor Burns, encorvado y pelado, diciendo, ¡Excelente! Pero bueno, es así como funciona.
Animate a probar: El contenido puede ser tu gran aliado.
Uno puede enfocarse en esa parte negativa y decir, ¡Qué mierda! las redes sociales y así que bien. O decir, bueno, ¿sabés qué? Quiero un mejor bienestar, quiero darle aquello que mi familia merece, mis hijos, como digo a veces con mis clientes, pagar un mejor colegio, quiero mudarme, quiero irme de vacaciones. Y bueno, las redes sociales están, nos guste o no, los contenidos están, funcionan, para quien lo hace bien funcionan. Y bueno, animate. Eso sería la conclusión. Animate. O por lo menos probá. Si después decís, mirá, che, lo probé y no me funcionó. Bueno, pero no te quedes con las ganas.
Porque además, podría pasar que vos no lo sé si tu vecino lo hace o tu competidor más directo y te saca del juego. No es joda esto. No es joda. Te pueden sacar del juego. Reitero, no es obligación. Hay otras alternativas. Pero, pero, si lo estás considerando y probaste y no sé qué, decís, no, bueno, dale una chance. Yo te diría, dale una chance. Tu negocio puede verse beneficiado si tu contenido realmente te da alcance, visibilidad, si conectás con tus potenciales clientes y sobre todo si creás una comunidad. Puede ser la gran diferencia cada que vendas de manera permanente, con menos fricción, a lo largo del tiempo. Así que, atenti con esto.
Despedida.
Amigas y amigos, todo lo bueno llega a su fin. Este episodio no es la excepción. Si te gustó, dejame 5 estrellitas en Spotify y compartilo con alguien a quien le pueda servir. También podés dejarme tu comentario que responderé a la brevedad.
Por lo pronto, no tengo más que decir por hoy, pero sí por mañana, porque mañana nos volvemos a encontrar. Eso sí, recordá, ponete en acción porque el tiempo no perdona. Nos vemos. Chau, chau. Ah, gracias por estar.
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