480 Disciplina o arrepentimiento.


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En unos de sus libros Jim Rohn pone al protagonista en el dilema de optar por la disciplina o el arrepentimiento. Esta forma de enfocarnos en nuestro día a día me parece por demás interesante y es la razón por la cual decidí hacer un episodio al respecto. No tenemos tiempo para dudas, hay que actuar.

Bienvenid@s a otro episodio.

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Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

Hoy es jueves 27 de agosto de 2020, estamos en el episodio 480 y vamos a hablar de la disciplina o del arrepentimiento.

Esto viene a cuenta de un libro, aunque yo no lo leí. Lo que hice fue escuchar, no una sino varias veces, el audiolibro que se encuentra en Evox, una plataforma de podcast. El libro se denomina «Los 12 pilares» y fue escrito por una de las personas más reconocidas a nivel mundial en la historia con respecto a todo lo que tiene que ver con desarrollo personal, que es el señor Jim Rohn y por un tal Chris Widener.

Bueno, la cuestión es que entre ambos, se escribieron un libro muy cortito, muy sencillo, llevadero, que más que nada es como una especie de parábola. En el libro narra las peripecias de un tal Michael Jones que va conduciendo por una ruta y sufre una avería en el vehículo, por lo tanto tiene que bajarse del auto, se baja con mal humor y acordándose de todos los santos, de todo el panteón de santos de mala gana o de mala manera. Y ahí se encuentra con una casa, una casa enorme, gigante, un palacete, con 12 pilares, de ahí el título del libro.

En esa casa se encuentra con un señor llamado Charlie, que es el jardinero. Y bueno, forja una amistad con este señor Charlie y el señor Charlie le va comentando, puesto que este señor Michael Jones tenía serios problemas para llegar a fin de mes. La clásica de cualquier emprendedor o de cualquier habitante de estos tiempos o de la mayoría de ellos, una persona frustrada que tenía problemas para relacionarse con su mujer, con sus hijos, con su familia que no llegaba a fin de mes, que trabajaba mucho pero ganaba poco.

Entonces, claro, este muchacho Michael Jones dice, y usted cómo hizo su jefe acá, el señor, no me acuerdo cómo se llamaba, para construir esta casa. Y bueno, él le va narrando todo y son 12 pilares justamente. Le dice pilar 1, pilar 2, pilar 3, pilar 4. Le explica que el dueño de la propiedad hizo una gran fortuna y que lo hizo prestando atención a 12 pilares.

En un minuto, en el minuto 60 o 66 de la versión del audio libro que está subido en Evox, este señor Charlie le dice al protagonista, a Michael Jones, que hay momentos en los que uno tiene que ponerse a pensar y decidir cómo va a afrontar el futuro. Si va a aplicar la disciplina en el presente para llegar a donde quiere llegar o a donde ansía, a donde desea, o lo que lo espera en el futuro es el arrepentimiento por no haberlo hecho.

Y la verdad que me hizo un clic la primera vez que lo leí. Y digo, tiene toda la razón. Y más allá de que se trate un episodio o un podcast sobre emprendedores, esto tiene que ver con la vida misma. Muchas veces nos enfrentamos a la necesidad o al deseo de cambiar las cosas, de cambiar nuestra vida, pero resulta que no estamos dispuestos a hacer esos cambios, hacer el esfuerzo, el sacrificio, a ponernos a trabajar, a ponernos en acción. Somos flojos, como dicen algunos países, vagos, o consideramos que somos eternos. Y como vamos a vivir para siempre, bueno, ya llegará el momento de ponerme con esto.

Por eso, cada vez que cierro un episodio, digo, ponete en acción. ¿Por qué? Porque el tiempo no perdona. El tiempo pasa volando. Fíjate, por ejemplo, lo que nos está ocurriendo, esto de la pandemia. Lo de la pandemia, ya estamos llegando, prácticamente estamos en agosto. En cualquier momento va a ser septiembre, octubre, noviembre. Y quizás, si tenemos suerte, llega la vacuna y no sé qué. Y vamos a cerrar los ojos y nos vamos a encontrar viviendo en un mundo más o menos parecido como el mundo que dejamos antes de la pandemia. Te acordás de la pandemia. Hoy es un drama, pero te acordás, claro, por el tiempo pasa volando.

Yo voy a ir ya por el segundo año de este podcast. Volando pasa el tiempo. Por eso te digo, el tiempo no perdona. Entonces, si nosotros tenemos que hacer algo, siempre se van a abrir dos caminos. El de la flojera, el de la vagancia o el de postergación. Bueno, sí, esto es importante, pero lo dejo para después. O el del arrepentimiento.

Imaginate que, no sé, tu salud no es la mejor. Y vos sabés que tenés que ir a hacerte, no sé, un chequeo médico. Sí, bueno, mañana no puedo, no tengo tiempo, estoy cansado, la semana que viene, no sé qué. Que hay que hacer cola, que no sé, que no me gusta sacar turno. Y te pasa algo no muy bueno. Y terminás internado, internado. En ese momento lo que viene es justamente esto, el arrepentimiento. Uy, ¿por qué no lo hice antes? ¿Y por qué no lo hiciste antes? ¿Por qué no lo quisiste? ¿Por qué pusiste excusas? ¿Por qué pensaste que a vos no te iba a pasar? ¿Por qué creíste que eras eterna o eterno?

Entonces, no importa el ámbito de la vida que apliques esta idea. Sea al emprendimiento, sea a lo cotidiano, al día a día o a toda la vida en su amplitud. Es importante que lo tengas en cuenta. Hay cosas que son realmente, que requieren atención por nuestra parte. Ya para estar mejores, para modificar conductas, para modificar hábitos que nos perjudican. No sé, mejorar nuestra salud. Un cambio de estado de donde estoy a algo mejor. Mejorar nuestro negocio, lo que sea. Ese tipo de cosas hay que hacerlas. No hay que salir tan poco a tontas y a locas. No, no. A veces se requiere tiempo, se requiere tiempo, se requiere trabajo. Como digo, paciencia, esfuerzo. Hay que aprender cosas a veces para aplicar esos cambios. A veces hay que cambiar la cabeza.

Yo lo he dicho en más de un episodio. Lo primero, si alguien me pregunta, che, ¿cómo puedo hacer para emprender o para hacer un negocio? Bueno, primero cambia la cabeza. Vivimos en un momento y en una sociedad en la que la mayoría de la gente te tira para atrás. Es mala onda, es negativa. Viene con un mensaje de que no, todo es problema, todo es imposible. Acá el único que hace dinero es el que roba, todo ese tipo de cosas. Bueno, por tanto, lo primero que tenés que hacer es cambiar la cabeza. Comprender que no, que no hay una verdad. Que cada verdad es parcial y que como cualquiera es igual de operativa, ¿sí? Cualquiera de las cosas en las que vos creas, creo que Henry Ford lo decía. ¿Vos crees cualquier cosa? Bueno, para vos vale. Pucha, entonces trata de creer en aquello que sea beneficioso para vos, para tu futuro, para tu familia, para tu negocio.

Y una vez que cambiaste la cabeza, empecé a actuar, empecé a caminar, empecé a ir hacia ese lugar. Y en la mayoría de los casos, como el éxito y la consecución de los objetivos, los logros, las metas que uno puede alcanzar, no son producto del, no sé, de la suerte, sino del trabajo, de la constancia, del esfuerzo, de seguir intentando, seguir, seguir, seguir y seguir. Vas a tener que tener disciplina.

Es como, no sé, mantener un estado físico óptimo, un atleta de alto rendimiento, tiene que tener disciplina. Un Michael Phelps para ganar las medallas de oro que ganó. Además de otra serie de cosas, porque no es solamente disciplina. Quizá debas tener un talento especial, el entrenador correcto, la dieta cordial, bueno, pero a su vez, además de todo, a su vez, necesitas disciplina. Porque si vos querés eso, imaginate el mismo ejemplo, Michael Phelps tuvo disciplina, fue a Beijing, ganó un montón de medallas, listo, ya está, pasó a la historia mundial del deporte.

Ahora, el tipo tenía el mismo sueño pero no tuvo disciplina. Fue y bueno, por casualidad fue a Beijing porque el que tenía que ir no se bajó del colectivo y se torció el tobillo. Y bueno, como él más o menos tenía… Pero no ganó nada y se volvió con las manos vacías. Y ahí se dio cuenta, luego volvió, un día tuvo ganas, ganado más rápido, ganó una medalla, y pucha, podría haber hecho récord mundial. Sí, podrías, pero ¿sabés por qué no hiciste? Porque no tuviste disciplina. Y ahora lo único que te quedas es arrepentimiento.

Sí, lo sé, quizás el ejemplo es muy tonto, pero no importa. Las cosas son así. Por eso te digo, este libro, que está bueno, no es que te lo recomiende tampoco, es el gran libro. Pero de todas maneras, ojo, yo en este tipo de cosas, y principalmente en lo que hace al desarrollo personal y demás, yo siempre digo, si te sirve, tomalo, punto.

Ay no, que no me gusta Paulo Coelho, que no me gusta Jim Rohn, que no me gusta, no sé, Kiyosaki. Hay muchas cosas de cada autor de este estilo que están bien y otras que no, y otras que son cualquier cosa… Pero no importa, lo importante es que te sirva, perdón. Lo importante es que te sirva, volvemos a lo mismo.

Dentro de todo el abanico de verdades, la que es verdad, más verdad, que todas las demás, es la que te sirve a vos. Tomá esa, punto. Por tanto, este libro, en ese sentido, está bueno. Hay un par de mensajes que deja que están buenos. Y este, para mí, me parece uno de los mejores. Disciplina o arrepentimiento.

Tengo que bajar de peso. ¿Me voy a comprometer con la causa para tener un mejor estado, para estar saludable? ¿O no voy a tener la disciplina? ¿O voy a flaquear? ¿O me va a agarrar el desgano? ¿O la flojera? Pero eso sí, cuando tenga dentro de seis meses o un año la fiesta de agresado, el casamiento, o las vacaciones, me sienta incómodo, incómodo porque, claro, como no tuve disciplina, no logré el objetivo y llegó el tiempo, que el tiempo va a llegar de manera inexorable, lo sabemos. Llego hoy y estoy como estaba hace seis meses o hace un año o hace dos.

Es como emprender. Ay, me gustaría hacer esto aquello o lo otro. Bueno, ponete en marcha, viejo, porque el tiempo no te va a esperar. El tiempo va a ser igual, eh. Y vos te vas a encontrar de aquí a dos años que, ay, si lo hubiera hecho. Claro, si lo hubiera hecho, pero no lo hiciste. Y el tiempo no te espera.

Ahora, si vos pudieras congelar el tiempo y decir, ah, para, para, para, lo voy a congelar hasta que me decida. Bueno, listo, congelamos el tiempo. Estás ahí mirando el techo un año, después, bueno, ahora sí, me activo. No, no, pero el tiempo sigue, sigue pasando. Así que, disciplina o arrepentimiento. En la vida todo es elección.

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