1220 Emprender sin estrés tecnológico.

Es imposible emprender en la actualidad sin tecnología. Incluso aunque seas un artesano que trabaja la madera y vende su producción vas a necesitar de las redes sociales para encotrar posibles compradores de tus producto. La gran pregunta que debés hacerte es ¿Me conviene encargarme del costado tecnológico de mi negocio?

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

Transcripción del episodio. (*)

*realizada con una herramienta de IA, puede contener errores.

El emprendimiento y la tecnología.

Muy bien, hoy vengo a hablarte de emprendimiento y como bien dije en la intro, para emprender tenés que usar tecnología, aun en aquellas actividades que parecieran estar muy alejadas de la tecnología como podría ser un carpintero que fabrica artesanías en madera.

Sin embargo, estamos en un mundo tecnológico, en un mundo digital, donde compramos, vendemos, nos comunicamos, nos relacionamos y consumimos una increíble cantidad de contenido, y todo a partir de la tecnología, por lo tanto tenés que usar la tecnología, ¿te gusta o no te gusta?

Atención, hablar de tecnología no implica que tengas que, digamos, utilizar algo novedoso o profundo como la inteligencia artificial. A veces simplemente es crearte una red social y publicar en la red social o un sitio web.

No conviene dejar de hacer tu trabajo para ocuparte de la parte tecnológica de tu negocio.

¿Y dónde está el problema? Bueno, el problema se origina cuando tenés que robarle a tu negocio a eso que vos sabés hacer bien, debés robarle tiempo para dedicarte a algo que es totalmente desconocido. Y no digo que esté mal, soy un ejemplo de alguien que, como deseaba implementar un negocio y no tenía dinero para pagar a un profesional, tuvo que aprender, pero en mi caso tenía el tiempo, o sea, no tenía el dinero, pero tenía el tiempo, incluso no tenía otra cosa que hacer.

Pero se da el caso, y yo conozco muchos, de personas que tienen un negocio, les va bien en ese negocio, quieren explorar nuevos horizontes, nuevos mercados y tener presencia, por ejemplo, en lo digital. En vez de invertir en alguien para que les haga la tarea, como total se trata de algo que está en internet y que es gratis como una red social o entre comillas fácil de hacer como una página web, se ponen a hacerlo por su cuenta.

Yo soy un ejemplo de alguien que se puso a hacer algo porque no podía pagarlo y además porque le gustaba, pero no siempre se da el caso. A mí me llegan clientes a las consultorías que se han complicado queriendo hacer algo que no lo saben hacer directamente, no tienen la formación, no tienen las habilidades o no tienen la creatividad.

Conocí muchos clientes que por dedicarse a la parte digital de su negocio se complicaron innecesariamente.

Yo he recibido clientes con sitios web que la verdad daban pena, y no hay nada de malo que tu sitio web dé pena si vos te dedicás, no sé, a las artesanías en madera. ¿Por qué? Porque el core business tuyo, tu negocio, lo que sí sabés hacer es artesanías en madera, entonces es lógico que no sepas hacer un sitio web. Como me gusta decir, nadie nació sabiendo e incluso tenés todo el derecho de ocuparte vos.

Yo no estoy criticando a quien tiene un negocio de determinado sector o rubro o nicho y decide encargarse de toda la parte digital de su negocio, de sus redes sociales, de su publicidad, de su página web, no sé, de sus automatizaciones, de sus funnel de ventas. Está perfecto, es lícito, está bien, si te gusta, para adelante, si te apasiona, mejor, si además lo hacés bien, bueno, ¿qué más querés pedir?

El problema es cuando no se te da bien. Y es más problema todavía cuando lo hacés partiendo de la premisa errónea de que estás ahorrando dinero. Claro, pido un presupuesto para un sitio web, me indican que sale una x cantidad de pesos, de dólares o de lo que sea, y creo estar pensando sabiamente cuando digo, ah, este dinero, en vez de pagárselo a alguien, me pongo yo un rato cada día a un fin de semana y lo saco.

Para ocuparte del costado tecnológico de tu negocio tenés que saber hacerlo.

Y eso está mal pensado. ¿Por qué está mal pensado? Primero por algo que lo mencioné hace no mucho, creo que fue la semana pasada o la anterior: una cosa es hacer algo, poder hacerlo, ponerte, mirar videos, tutoriales, no sé qué y terminar haciéndolo, por ejemplo, el ejemplo de un sitio web o el ejemplo de crear tus perfiles en redes sociales y subir contenido.

Una cosa es hacerlo, pero otra cosa muy distinta es saber hacerlo, donde entran en juego una serie de sutilezas. Pero supongamos que se te dio bien y hasta pareciera que lo hiciste bien, de último no habría problema porque también está en esos casos y si es tu caso de alguien que se da maña, te aliento a que lo hagas. ¿Qué mejor? Quizás el día de mañana no tengas el tiempo, lo delegues en alguien y nunca está de más tener esos conocimientos porque de primera mano vas a tener conocimientos sobre un sitio web, sobre redes sociales o sobre lo que sea, para poder también ver cómo trabaja aquella persona que contrataste.

La clave es evitar el “estrés tecnológico”.

El problema es cuando se te da mal, por eso hablo del estrés tecnológico, porque de última un par de tutoriales para crear un sitio web en WordPress, bueno mal que mal lo podés hacer, o usas un auto instalador o metes Elementor, pero el asunto es cuando no te funciona, cuando vos tenés un sitio web que se ve bien pero no funciona o tenés una red social con contenidos que no sirven, pero además le tenés que dar seguimiento, pero además lo tenés que actualizar, pero además tenés que estar permanentemente atenta o atento a los cambios que se dan en esa plataforma, en esa tecnología y por qué no en la forma en que se consume contenido o en la forma que se navega en internet y toda una serie de cuestiones que advierten exclusivamente o casi con exclusividad, los que se dedican a eso, por eso no te lo recomiendo.

¿Cuál es la excepción?

Que se te dé bien y que no te genere una carga adicional de responsabilidades de trabajo e incluso de estrés. En esos casos está perfecto, vos tenés un negocio. Vamos a seguir con el ejemplo que te decía, artesanías en madera.

Bueno, trabajás dos o tres días a la semana, el fin de semana te vas a una feria que hay en el centro de tu ciudad y durante el tiempo libre te dedicás a tus redes sociales, a tu sitio web e incluso, ¿por qué no?, hacer publicidad para captar clientes. Y tenés todo en un equilibrio perfecto.

O sea, dedicarte a algo que no te estabas dedicando, algo que es fundamental para cualquier negocio, como el ecosistema digital, lo estás haciendo bien, te está dando resultados y no te has generado nada negativo.

Si ocuparte de la faz tecnológica de tu negocio te estresa, no lo hagas.

Ahora, cuando no ocurre esto, cuando te pusiste a meter mano en tu sitio web o en tu publicidad digital o te disfrazaste de community manager para publicar contenido y no solamente no te da resultados sino que te vuelve loca o loco porque lo estás haciendo mal, porque te lleva un montón de tiempo, porque pensaste que era fácil pero no lo es, porque hiciste un sitio web y al otro día desapareció, porque borraste un archivo de WordPress o hiciste una actualización y salió mal y tenés que pasarte cinco horas arreglando el desastre, bueno, en esos casos no.

¿Te conviene ocuparte de la parte tecnológica de tu negocio?

Entonces, en conclusión, la pregunta nuevamente es esta: «¿Me conviene desatender mi negocio principal para ponerme a hacer algo que no tiene nada que ver con lo que hago?»

En la mayoría de los casos, la respuesta es no. No te conviene. Incluso, como dije, si vos pensás que te estás ahorrando dinero, porque a la larga vas a perder dinero, ya porque vas a desatender tu negocio o porque hacer algo mal va a significar una enorme pérdida de tiempo y al final vas a tener que pagarle a alguien que lo haga bien.

Muchas herramientas en internet se venden de esta forma: “aplicación de diseño para no diseñadores”, “software para sitios web para no diseñadores web”.

Te prometen que vas a poder diseñar. Perfecto, sí.

Eso que acabas de hacer parece un diseño, pero de ahí no se desprende que sea efectivo para captar la atención de tu público.

Sí, tal cual. Eso que acabas de hacer arrastrando y soltando elementos parece ser un sitio web, pero un sitio web es mucho más que lo que se ve. Así que, ojo con esto. En fin, esto ha sido todo por hoy. Espero que haya sido de utilidad para vos. Nos volvemos a encontrar mañana. Chau, chau.

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