1758 El Bostanauta.
El Eternauta está en boca de todos, ¿y qué hacen los marketers? ¡Subirse al bondi sin pensar! En este episodio, critico sin piedad a los #Bostanautas que siguen tendencias pelotudas sin estrategia. Te cuento por qué esto es marketing berreta y cómo evitar caer en la misma trampa.
Bienvenid@s a otro episodio.
Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.
Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.
El Bostanauta y las tendencias pelotudas.
Hola, ¿cómo va? ¿Ya te bombardearon con el Eternauta hasta en la sopa? Sí, la serie de Netflix. Bueno, más allá de que te haya gustado o no, ahora te cuento mi opinión y seguro que me vas a putear, lo que me revienta a los que ya sabés es la horda de supuestos marqueteros subiéndose a la tendencia como si no hubiera un mañana. Hoy vengo a hablarte del bostanauta, y discúlpame si lo bauticé así, y de las tendencias pelotudas.
Bienvenida y bienvenido, soy Carlos Malfatti y esto es Marketing para gente como uno. Hoy es miércoles 7 de mayo de 2025, el episodio es 1758, y vengo a hablarte del Eternauta o del bostanauta, como lo acabo de bautizar. Pero no como te imaginás, lo voy a usar de excusa para hablar de algo que me tiene realmente cansado. Se me erizan los pelos de la nariz, y es ver que toda la gilada se suma a la tendencia y cuando todo el mundo hace lo mismo, no sirve. ¿Por qué? Porque es al pedo.
Y hablando de hacer cosas al cuete, ¿seguís copiando las giladas que hace todo el mundo, pero la guita sigue sin aparecer en la cuenta del banco? Dale loco, espabilá o te van a comer los piojos, o peor, los escarabajos del Eternauta. Siempre te digo que para mejorar tu vida necesitás guita. Para ganar guita necesitás vender y para vender necesitás marketing. Marketing de verdad, no de cartón pintado. Dejá de seguir espejitos de colores y empezá con algo sólido. Pasate ahora mismo por carlosmalfatti.com. Contame sobre tu negocio en el formulario y veo cómo puedo ayudarte a mejorar tu vida mejorando tu negocio gracias al marketing. Recordá, carlosmalfatti.com.
Mi opinión sobre la serie El Eternauta.
Bueno, primero, ¿por qué le puse este episodio del Bostanauta? Porque para mí el Eternauta es una bosta. A ver, ¿hay cositas que están bien? Sí. ¿Los efectos especiales están bien? Sí. ¿Está buenísimo que sea una producción nacional y que la vea todo el mundo y la aplauda y no sé qué, y no sé cuánto, industria argentina y marca argentina? Perfecto, me encanta. Me pongo la camiseta del 10, la de Messi, y salgo al obelisco. Eso, ningún problema con eso. Está bien, pero, pero, pero, tampoco podemos, o por lo menos yo. Y ojo, no soy crítico de cine. Soy un mero espectador que ni siquiera la vi completa, porque no se la fumó. Por eso, porque, imbancable.
Entonces, ¿por qué me molesta? Porque te decía, sacando los efectos especiales, bueno, me pareció bastante chota la serie. ¿Qué querés que te diga? Lenta, predecible, actuaciones medio pelo. Me aburrió. Mirá cómo será que arranco. Porque, en serio, que tenía muchas ganas de verla. No, poquito no. Muchísimas ganas de verla, porque sé lo que es el Eternauta, algo de la historia del Eternauta. Digo, por fin, algo bien propio, bien de acá, bien argento, llevado a la pantalla de Netflix. Esto tiene que ser un golazo. Y fue un golazo, pero a mí me decepcionó enormemente o parcialmente, si querés. Porque hay partecitas que, bueno, te la concedo, están también, ¿por qué no decirlo?
Pero arranca la serie, pibitas con celular. ¿What the fuck? ¿Celular, papá? En la época del Eternauta no había celulares. Bueno, a esta gente se le ocurrió ir al año 2000, no sé cuánto, donde hay celulares. Alguien me dijo, bueno, pero la familia de Oesterheld y no sé qué, lo aprobó. Bueno, está bien, quieren, garaguita, ¿qué querés que te diga? Yo hubiera respetado lo original. Ponele, listo. Entonces la vi un minuto y pico. No aguanté más, digo, no, esto no es lo que yo esperaba, no la veo.
Claro, el otro día me levanto y en todos los diarios, el Eternauta, no sé qué, un ponja que posteó, no sé qué. Digo, la pucha, me estoy perdiendo algo grosso por cabeza de termo. La voy a mirar. Pin, pico, porque no la fui mirando. Todo empecé a picar y ya los primeros minutos, embole total. Diálogos predecibles, las puteadas de toda la vida. Un chino que dice, ¿cómo te llamás? La concha de tu madre, me llamo. Otro que dice, me pisaron los huevos, flaco. Está bien que culturalmente estamos cada vez peor, que somos una cloaca. Y si querés, hasta este podcast termina siendo un ejemplo de lo que te digo. Pero ponen un poco de media pila. Está bien que la idiosincrasia nacional solemos hablar para la mona, o para mierda, señora. Pero un cacho de cultura, ya lo decía Clemente. Un cacho de cultura, la ra, la la, la la. Bueno, no, eso no estaba.
En cuanto a la trama, dicen misterio, sci-fi, ciencia ficción, no sé qué, flaco. Escena 1, gente charlando. Escena 2, tipo bajo la nieve. Escena 3, más gente charlando. Escena 4, tipo bajo la nieve. Escena 5, menos gente charlando. Escena 6, varias personas bajo la nieve. Tres episodios donde lo único que se veía era nieve y gente charlando. Parecía una publicidad para ir a esquiar a Mendoza. Vamos, amigo, no me tomés el pelo, en serio. ¿En serio que me tuve que fumar 3 episodios para enterarme que la culpa la tenían unas cucarachas? No me jodas.
Actuaciones buenas, sí, descoyantes. Ricardo Darín, como siempre, haciendo de Ricardo Darín. Genial, me encantó. Los demás, duros como reguetonero en finde largo. Tremendo, por lo menos desde mi óptica. Sí, me estás puteando. Y este qué tiene en los ojos. Bueno, a mí no me gustó.
La argentinidad al palo y la demagogia.
Y para colmo, frutillita del postre. Mamá mía, argentinidad al palo. Más demagogia no se consigue. Agarraron la licuadora para mí que productores, directores. Che, ¿cómo podemos hacer que esto encienda el gen nacional, la pasión por la Argentina? Y vamos a meterle todo lo argentino que se nos ocurra. Agarraron la licuadora y metieron la Negra Sosa, Soda Stereo, Salgan al sol idiota, Jugo de tomate frío. Metieron un Torino y eso que se vinieron al presente cuando la serie era del pasado. Pero eso sí, el Torino lo trajeron porque es el Torino donde ganamos en Alemania. Vamos, Torino. Messi levantando la copa. Malvinas, papá. ¿Tuvieron que hacer que el chabón fuera excombatiente de Malvinas cuando se escribió el Eternauta? Ni siquiera sabían que estaban las Malvinas. Dejémonos de jorobar. Faltó que un escarabajo embarazara a Juan Salvo y que fuera al Congreso a militar el aborto. Y Juan anda peteando y listo, ya está. Cartón lleno.
Por favor, a ver, no necesito una serie efectista y demagógica para sentirme argentino. Ya me siento argentino, carajo. Y desde antes de Netflix, cuando usábamos una papa y una antena casera para sintonizar Venus y ver entre nieblas y fantasmas una teta o algo más. Soy argentino desde que nací. ¿Qué me venís con la argentinidad? ¿Por qué me tenés que poner tanta demagogia y hacerme arder los ojos? Bueno, esto y mucho más opino de la serie.
Marqueteros de cartón pintado subiéndose a la tendencia.
Pero como esto es un podcast de películas, vamos al contenido. Hoy estaba en redes sociales y se vio Eternauta. Eternauta. Eternauta. Eternauta. Voy a LinkedIn. Eternauta. Voy a Netflix. Eternauta. Y no era gente que hablaba de la serie, que está bien. Porque así, como hay tarambanas como yo, que opinan que no les gustó, también hay banda de gente, millones alrededor del mundo, que o están aprovechando la tendencia o están hablando bien porque les gustó y es genuino y es aceptable. Y bienvenido sea si te gustó. Ojalá yo tuviera un crayón en el Valero y me hubiera gustado. Pero no lo tengo. No me gustó. Listo. Pero eso está bien. Está bien hablar de la serie porque te copa por lo que sea, por los efectos, porque Argentina está triunfando con un producto comercial. Genial. ¿Por qué no celebrar esa parte?
Pero por favor, marqueteros de cartón pintado, dejen de subirse a la tendencia. Por favor. Todo el mundo hablando del Eternauta. Te clavan un carrusel en Instagram. Cinco lecciones de marketing que nos deja Juan Salvo. No leyeron ni la historia, no miraron ni las series. Sin embargo, van a X y ponen 10 enseñanzas de liderazgo en tiempos de tormenta radioactiva. O si no, un reel. Y si te dijera que Juan Salvo era el verdadero CEO de su destino, ¿se puede ser tan chorro? Se puede ser tan mediocre. Se puede ser tan cabeza de termo. Pero lo hicieron siempre. Lo hicieron con Barbie. Lo hicieron con Oppenheimer. Lo hacen cuando los Oscars. Lo hacen cuando el Super Bowl.
El problema de que todo el mundo hable de lo mismo.
Y vos mirás, che, bolas. Pero ¿no está bueno subirse a las tendencias? Sí, efectivamente. Está bueno cuando en las redes sociales hay una conversación compartida entre todos. Porque podés aprovechar esa ventana y meterte y ser parte de la conversación. Pero lo que no está bueno es que todo el puto mundo hable de lo mismo. Si todos están usando lo mismo, sonaste. ¿Cuál es la idea? Es como esa estúpida tendencia que hubo en su momento en Instagram. Que un tarado se caía y después te mostraba el producto. Y después se caía otro y te mostraba la mueblería. Y se caía otro y te mostraba, no sé, la zapatería. Y se caía otro y te mostraba el papel higiénico mientras se limpiaba los cantos. No tiene sentido. Que lo haga uno está bien. Que lo hagan diez bueno. Pero cuando ya lo hace todo el mundo, no tiene sentido.
A ver si entendemos de una buena vez. Marketing, posicionamiento, diferenciación, cuidar tu marca, cuidar tu identidad visual, tu identidad verbal. Tener ciertos límites, no pasarse para no ser un pelele que anda persiguiendo tendencias porque no tiene ni media neurona de guardia para hacer algo que valga la pena. Por favor, por el amor de Dios. Y no, todo el mundo con el Eternauta. Por favor.
La saturación y la irrelevancia de seguir tendencias porque sí.
En definitiva, ¿sabés lo que lográs? Saturar. Toda la gilada hablando de lo mismo. Abrís Instagram y está Violeta. Eternautas por todos lados. Y termina siendo irrelevante. Porque además, si vos vendés empanadas, ¿qué carajo tiene que ver el Eternauta? Si vos vendés repuestos para moto, no sé, Kawasaki, ¿por qué tenés que pintarte de Violeta o hacer una gilada que tenga que ver con el Eternauta? Y reitero, no es porque no me gustó la serie. Y reitero, no, porque además estoy re feliz que le vaya bien a la producción nacional y que nos vean en todo el mundo. Eso me parece genial. Lo que no me gustó es la serie. Bueno, punto. A millones le gustó. Felicitaciones.
Ahora, lo que desde el punto de vista del marketing, por mi laburo, digo, loco, no diluyas tu marca. No podés ser un día experto en Barbie, otro día experto en Eternautas, otro día experto en Oppenheimer, otro día experto en Oscar, otro día experto en Super Bowl, otro día experto, no sé, en que llegó Elon Musk a Marte. Ni al Papa Francisco, que Dios lo tenga en la gloria, lo respetaron. Un montón de monada haciendo inteligencia artificial. Francisco saludando a Jesús. Francisco con los Rolling Stones. Francisco a los besos con Marilyn Monroe. Basta, viejo. Porque ya digo, cuando lo original lo hacen todos, ya no es original. No quemes tu marca haciendo pelotudeces que las hace todo el mundo. En serio te lo digo. Justamente acá es donde tenés que hacer el twist y hacer cosas distintas. O al menos, al menos, tener la creatividad suficiente para realmente resaltar en ese océano de mediocridad.
Como lo dije alguna vez en un episodio cuando hablé de las fechas patrias. ¡Feliz 9 de julio! Que la patria nos acompañe a todos en este día tan importante y que avancemos juntos hacia el futuro como hermanos. Este es el deseo de Ferretería Lalo. ¿Qué carajo me importa a mí Ferretería Lalo? Vendeme lo que tenés. Tornillo, no sé, una máquina, una amoladora. No te metás con el 9 de julio. No te metás con el 25 de mayo. No te metás ni con la navidad. No es lo tuyo. No garpa. Lo hace todo el mundo. Eso no es marketing. Eso es copiar como mono a otro Gil que hace lo mismo que vos. Y nada sirve. ¿Qué resultados te dio el posteo del 9 de julio? Que cuatro estúpidos que te conociste. Ah, buenísimo. ¡Viva la patria! ¡Viva! Bueno, listo. Y no lo digo desde el punto de vista de patriota. De patriota, sí. Lógico. Si vos tenés un Facebook personal, viva la patria, concha el pato, no sé qué. La independencia, Frenchi Beruti, escarapela. Bueno, estamos todos de acuerdo con eso. Por lo menos la gran mayoría. Por eso vivimos acá. Pero desde el punto de vista del negocio, desde el punto de vista de marketing. No suma, no sirve. Te empareja a los demás. Recordá, marketing es ser diferente, no es ser igual. Si vos sos igual no vendés. Si sos diferente vendés. ¿Cuándo lo van a entender? ¿Cuándo les caiga una nevada de mierda como en el Eternauta y se les aclaren las ideas? ¡Por favor!
Cómo evitar caer en tendencias estúpidas.
Entonces, para irme de acá, porque ya se está haciendo medio largo el episodio, ¿cómo podés zafar de esta tentación de caer en tendencias estúpidas a las que se sube todo el mundo y termina siendo igual al vecino y obteniendo los mismos resultados pedorros que el vecino? Muy fácil.
Filtro de relevancia.
Preguntate con una mano en el corazón y la otra en la billetera, te diría. ¿Esto realmente tiene algo que ver con mi negocio? ¿Con mi audiencia? ¿Con mi mensaje? ¿O es una mera excusa para subirme al tren? Atenti. Si no sirve para tu negocio, no lo hagas.
Aporte original.
Segunda pregunta o segunda cuestión. ¿Estás haciendo realmente un aporte original? ¿O nada? ¿Estás copiando? ¿Tenés algo nuevo, diferente, con tu propio ángulo para decir sobre esta tendencia? Porque hay mucho que se podría decir sobre el Eternauta. Y subirte a la tendencia. Pero subirte como un campeón, no como un copiador serial, que porque todo el mundo está, repetís como si fuera un macaco. Entonces, si no vas a aportar valor, no lo hagas. Callate la boca. A veces el silencio, el no decir nada, es el mejor marketing.
Primero estrategia, tendencia después.
En caso de que sea necesario. No todos los negocios tienen que subirse a las tendencias. Vos tenés contenidos, tenés tu objetivo comercial, tu mensaje central. Eso es lo que manda. La tendencia no deja de ser una mera táctica, que tal vez puedas utilizarla si encaja. Pero no es una obligación. Y menos, y menos, para ocupar el espacio que debería haber sido ocupado por una idea creativa. O por un contenido realmente coherente con tu negocio, con tu marca, con tu comunicación, con tus objetivos comerciales, con tu estrategia.
Autenticidad.
Y por último, relacionado a lo anterior, autenticidad. ¿Hablar de esto suena a tu negocio o es forzado? Una de las cosas que me molestó en la serie es justamente que me pareció muy forzado meter toda esa argentinidad al pedo. No era necesario. No necesito que me hagas emocionar mirando un Torino para que la serie tenga sentido o para hacerme sentir más argentino. Ya me siento argentino. No me metás todo lo argentino que se te ocurrió para ver si me hacés caer una lágrima. Ah, ¿viste qué bueno? Había un Torino. Sí, loco. Y estaba Messi levantando la copa y sonó Soda Stereo. Los tipos cantando Jugo de tomate frío y se iban a chocar una pila de autos. Yo estoy cagado en las patas. Mirá que me voy a poner a cantar esa canción. Por favor. Por favor, te lo pido. Pensemos un poquito.
En fin, seguir modas porque hay que seguir modas es mediocre. En vez de perder tiempo y energía tratando de subirte a estas tendencias sonzas, hacé un marketing verdadero, una comunicación propia de tu negocio. Y de última, bueno, tampoco es un pecado subirse a una tendencia porque lo acabo de hacer.
Despedida.
Amigas y amigos, todo lo bueno llega a su fin y este episodio no es la excepción. Si te sirvió, déjame 5 estrellitas o 5 puteadas en Spotify. Y compartilo con alguien a quien también le pueda gustar. Espero que a nadie le haya ofendido mi opinión porque es una mera opinión de televidente. Nada más. Genial si te gustó. Lo celebro. Qué mejor que mirar tele y que te guste después de quizás estar toda la semana laburando y con mucho estrés. Lo celebro. Bueno, a mí no me gustó. Punto.
Decía. Además, podés compartirlo con alguien. Si ves a alguno que está subido a la tendencia así. Papá, dejá de ser gilada. Escuchá a este boludo que algo de razón tiene. No sé si todo, pero en algo la está pegando.
Por lo pronto no tengo más que decir por hoy, pero sí por mañana. Porque mañana nos volvemos a encontrar. Eso sí, antes de irme, acordate. Ponete en acción porque el tiempo no perdona. Chau chau y gracias por estar.
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