1674 Tu 2025 ideal: Construí hábitos, no resoluciones.

Hoy es jueves 9 de enero de 2025, episodio 1674, y seguimos con la serie Tu 2025 ideal. En este episodio, vamos a hablar de por qué las resoluciones de año nuevo no funcionan y cómo los hábitos consistentes son la verdadera clave para alcanzar tus metas.

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

Tu 2025 ideal: construyendo hábitos.

Hola, ¿cómo va? Seguimos con esta serie de «Tu 2025 ideal» y en este episodio vamos a saber por qué las resoluciones, las típicas resoluciones del primero de enero, fallan y por qué nos conviene construir hábitos que te van a llevar más lejos de lo que imaginás.

Si buscás resultados consistentes, necesitás acciones consistentes, y esto te lo dan los hábitos.

Introducción al episodio.

Bienvenida, bienvenido, soy Carlos Malfatti. Arrancamos un nuevo episodio de Marketing para gente como uno. Hoy es jueves 9 de enero de 2025, estamos en el episodio 1,674, y dentro del contexto de esta serie de «Tu 2025 ideal» vengo a hablarte del tema de las resoluciones.

Por qué fallan las resoluciones.

Cuando empezamos un año hacemos resoluciones, una lista de cosas, de objetivos a alcanzar que al poco tiempo se desvanecen. ¿Por qué ocurre esto? Bueno, porque las resoluciones dependen en gran medida de la motivación, y la motivación es temporal.

Lo que funciona mejor son los hábitos. Si queremos cambiar, necesitamos hábitos: pequeñas acciones repetidas a lo largo del tiempo que, aunque parezcan insignificantes, terminan teniendo un impacto enorme.

Hoy vamos a ver esto: cómo construir hábitos que te acerquen o que te ayuden a alcanzar esas metas y cómo esquivar y no caer en la trampa de las típicas resoluciones de principio de año. Este año voy a hacer esto, aquello, el otro y, después, resulta que no hacés nada.

El problema de las resoluciones basadas en motivación.

Las resoluciones fallan porque dependen de la motivación. Estamos brindando, medio en pedo el primero de enero, diciendo: «Bueno, este año voy a hacer todo lo que no hice.» Yo también, y todo el mundo contento haciendo la listita de todas las cosas que van a hacer. Hay una enorme motivación.

Es como cuando nos compramos un cuaderno nuevo impecable y decimos: «Bueno, ahora en este cuaderno nuevo voy a hacer todo.»

Yo compré un montón de cuadernos y agendas, llenaba dos o tres hojas y después compraba otro. Era como si la agenda nueva me hiciera tener geniales ideas o cumplirlas sólo por tener un cuaderno cero kilómetro. Esto no ocurre así. Lo aprendí por mi propia experiencia.

Cuando aparecen los desafíos del día a día, la motivación se va gastando y aquello que te propusiste el primero de enero ya no lo vas a hacer.

No te anotás en el gimnasio, no mejorás tu alimentación, no mejorás tu negocio, no aprendés marketing, no te llevás mejor con la gente que te rodea. Seguís siendo el mismo desastre que eras el 31 de diciembre a las 23:59:59.

La importancia de los hábitos frente a las resoluciones.

Esto es lo que hay que evitar. Además, las resoluciones suelen ser demasiado ambiciosas y no están sostenidas por un plan. Ayer hablamos de un plan: dividir un objetivo en tareas alineadas con ese objetivo, ponerles fecha y hora, usar un calendario. Esto es lo que hay que hacer.

El poder de los hábitos, a diferencia de las resoluciones, radica en que éstas están basadas en pequeñas acciones repetidas. Decir «este año voy a comer más sano» está buenísimo, pero no alcanza por sí solo. Por eso, los hábitos vienen a salvarte. Aunque sean pequeños, se acumulan con el tiempo y tienen un impacto gigante.

Ejemplo de construcción de hábitos.

Tomemos el típico ejemplo de bajar de peso o alcanzar tu peso ideal. Si decís «este año voy a bajar de peso,» puede que lo logres, pero si no sostenés un hábito, no lo vas a poder hacer. En cambio, si decís: «Voy a bajar de peso, pero como buen hábito voy a dejar de tomar azúcar, voy a comer más sano o voy a caminar 15 minutos todos los días,» es mucho más sostenible. No te estoy diciendo que te anotes en un Ironman; con 15 minutos diarios de caminata es suficiente para empezar.

Esto, a lo largo del tiempo, se va acumulando y te va acercando a ese objetivo. Este ejemplo, aunque simplón, sirve para ilustrar que podés adaptarlo a tus metas de 2025. Elegí pequeños hábitos y empezá con acciones simples que requieran la menor resistencia posible.

Hábitos con menor fricción.

Si querés empezar a hacer actividad física pero siempre dejaste el gimnasio después de algunos meses, intentá algo más simple: caminá 10 minutos cada día. Esto ofrece menor resistencia. En vez de cambiarte, agarrar el auto, ir al gimnasio y hacer un plan de entrenamiento, simplemente ponete las zapatillas y salí a caminar.

Una idea es conectar los hábitos con tus rutinas diarias. Por ejemplo, si todos los días vas a trabajar y volvés en colectivo, intentá volver caminando.

Si tenés un perro, en vez de sacarlo a la puerta del edificio, caminá cinco cuadras y volvé. Son 10 cuadras, 10 minutos de actividad física. Hay cosas que podés usar como palanca para crear esos hábitos.

Medir y ajustar los hábitos.

Medí tu progreso. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo importante es ser constante, no perfecto. Si un día en vez de 10 minutos caminaste 8, no pasa nada. Lo importante es que el hábito no se pierda.

Cada día sumá un granito de arena hasta que se te haga carne y lo hagas casi en piloto automático.

Una vez que tengas el hábito incorporado, escalalo: en vez de caminar 10 minutos, hacé 30.

En vez de caminar, corré. Ahora podés anotarte en un gimnasio, porque todo lo que viniste haciendo mejoró tu resistencia y energía.

Este ejemplo de actividad física se puede aplicar a cualquier área de tu vida.

Conclusión: hábitos versus resoluciones.

Las resoluciones son como castillos en el aire: al principio parecen alcanzables porque estamos motivados, pero con el tiempo se caen.

En cambio, los hábitos son como pequeños y sólidos ladrillos.

Poniéndolos uno al lado del otro y uno encima del otro, podés construir ese edificio que querés: ese 2025 que va a ser notablemente mejor que los años anteriores.

Así que dejá de lado las resoluciones y enfocáte en los hábitos para lograr tus metas este año.

Despedida.

Amigos, todo lo bueno llega a su fin, y este episodio no es la excepción. ¿Te gustó? Compartilo con alguien a quien le pueda también gustar o necesitarlo. Dejáme tus comentarios en Spotify y, por supuesto, las cinco estrellitas.

Por lo pronto, no tengo más que decir por hoy, pero sí por mañana, porque mañana nos volvemos a encontrar.

Eso sí, antes de irme, te recuerdo: ponete en acción, porque el tiempo no perdona.

Nos vemos. Chau, chau.

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