1812 El incoherente es peor que el vendehumo.

Hoy es martes, 22 de julio, episodio 1812. ¿Qué es peor, un vende humo que sabe que miente o un ‘experto’ que se miente a sí mismo? Hoy analizamos por qué la incoherencia —prometer algo que tu propio negocio no refleja— es el camino más rápido al fracaso.

Soy Carlos Malfatti, consultor de marketing, y si querés mejorar tu vida mejorando tu negocio gracias al marketing, contactame en https://carlosmalfatti.com. 🎵 Música: «Golden Sunrise (Instrumental)» de Josh Woodward. Descarga libre y licencia Creative Commons Attribution 4.0 en https://www.joshwoodward.com/song/GoldenSunrise.

Cuidado con los vendehumos y los incoherentes.

Hoy vengo a decirte algo que tal vez no hayas escuchado nunca. Tené mucho cuidado porque pareciera que el vendehumo es peligroso. Le he dedicado episodios a los vendehumos y sí, ciertamente son tipos y tipas peligrosos. Pero hay peores y son los incoherentes. Porque en última instancia, el vendehumo, para poder venderte, ha tenido que aprender. Que lo use para el mal, cinco pesos aparte, pero el tipo sabe. En cambio, el incoherente se te aparece diciéndote que sabe y no sabe ni para él, así que atentí.

Hoy vine a hablarte de vendehumos y vine a hablarte de incoherentes. Ojo igual, porque mucho incoherente termina sin querer siendo vendehumo. Primero te lo voy a pasar en limpio. ¿Cuál es el vendehumo? Bueno, el típico que se excede en la promesa o que te promete algo a sabiendas de que no es tan así. En cierto modo, te está engatusando.

¿Dónde abundan los vendehumos?.

Esto existe prácticamente en todos los sectores dentro de la economía y lo podemos ver en redes sociales. Lo que ocurre es que es más frecuente verlo en lo relacionado con la viralidad, el marketing, el desarrollo personal, la espiritualidad, la mentalidad, todo lo que es ganar dinero. Acá es donde más se destacan vendehumos de talla mundial que te dicen que simplemente siguiendo una serie de pasos vas a ganar un millón, luego dos, luego tres, y te comprás un Lamborghini a cinco días de haber abierto tu negocio. Si fuera tan fácil, todos andaríamos en Lamborghini.

La diferencia entre el vendehumo y el incoherente.

El vendehumo te puede decir: «Yo te puedo hacer ganar un millón». Y vos decís: «Bueno, flaco, ¿cómo?». «Ah, no sé, sumate a mi grupo privado y vas a poder tener acceso con la membresía no sé cuánto. Y a partir de ahí vas a descubrir los secretos para ser millonario». Todo esto es muy dudoso, pero en algún punto, no digo todos porque algunos son francamente fraudulentos, pero hay otros que no lo son tanto, que realmente ganan dinero a partir de venderle un sueño a una comunidad. Es como una especie de estafa piramidal. No digo que todos, pero es el más representativo y por eso cito el ejemplo, porque seguramente cerrás los ojos y se te ocurren un montón.

Algún resultado tienen, y a esto le dediqué un episodio no hace mucho. Uno puede criticar al vendehumo, pero el vendehumo ha sabido, a partir de su conocimiento de la psicología humana y de los motivadores de compra y de los dolores de las personas, ha sabido venderle a la gente lo que la gente necesita. No sé si es lo que necesita comprar, pero por lo menos una excusa para decir: «Estoy haciendo algo por cambiar mi vida». Los hay de todo tamaño, de todas formas. Hay algunos que son puro fraude, hay otros que son medio fraude, hay otros que son tipos que quizás te mienten un cachito diciéndote que podés lograr un montón de cosas y podés lograr el 70%, el otro 30% no.

Lo concreto es que para poder vender algo tienen que aprovechar todo lo que las redes sociales, el marketing digital, la publicidad, la prueba social, toda una serie de elementos que si vos no los usás bien, no tenés resultados. Por eso dije en ese episodio: atentí con los vendehumos, vamos a criticarlos, pero también vamos a entender cómo es posible que puedan lograr sus resultados, ganar dinero, convencer a cantidad de gente, llenar estadios. Vamos a entenderlo, porque si lo entendemos, vamos a poder aplicar lo mismo. Después veremos si lo aplicamos para el bien o si también nos convertimos en un fraude. Obviamente, mi sugerencia es aplicarlo para el bien. El vendehumo, en general, algo sabe o sabe mucho. En cambio, el incoherente termina en algunos casos vendiéndote humo y no sabe nada. No sabe ni para sí.

Ejemplos de incoherencia.

¿Dónde o qué ejemplos tendríamos de incoherentes? Un tipo que ves una publicidad, y créeme que lo vi, no es un contenido orgánico, una publicidad en Instagram. No una, eh. O sea, no una sola persona. Encontré varias publicidades. Hombres, mujeres, cantidad. Prometiendo, por ejemplo, videos virales. Y vos hacías clic en su perfil de Instagram, y algunos ni siquiera tenían videos, pero otros tenían videos con 200, 300 vistas, 1.000, 3.000. Pregunta: ¿cómo podés vender la receta para video viral cuando ni siquiera tenés un video viral?

Algunos lo saben y ya van hacia el lado del vendehumismo. Dicen: «Bueno, yo hago una publicidad, engancho unos giles, gano dinero y después veré». Pero hay otros que se la creen, que no se dan cuenta de su incoherencia. He conocido gente, colegas, que en su porfolio de servicio ofrecían, por ejemplo, diseño de páginas web, y se las diseñaba yo, porque no sabían diseñar. Obvio, yo les cobraba, porque era mi trabajo en su momento, cuando yo me dedicaba al diseño web.

Conté, creo que fue a principios de la semana, o a finales de la semana pasada, de un potencial cliente que vino ofreciendo, o pidiendo asesoramiento para montar una agencia de marketing, o para que yo le ayudara con el marketing de su agencia de marketing. ¿Cómo vas a crear una agencia de marketing y necesitás que te ayuden con el marketing? Eso es incoherencia. En este caso y en otros, he encontrado gente que no tenía mala fe. Estaban convencidos de que estaban haciendo bien las cosas. A mí se me ocurre, lo veo un delirio total. Yo no puedo decir: «Te ayudo a ganar la Copa del Mundo» si no jugué nunca al fútbol. No puedo pesar 120 kilos y decir: «Te ayudo a bajar de peso». Primero bajá de peso vos. Después enseñá a otros a bajar de peso.

La importancia de la transparencia.

El episodio no tiene su razón de ser en la mera crítica, en venir acá y decir: «Aquel es ladrón, aquel es vendehumo». Ya sabemos que están. Y si yo vengo acá a cacarear o a quejarme, el mundo no va a cambiar. Lo que sí yo puedo hacer, y aquí estoy, es advertirte a vos que tenés un negocio, que estés atento. No te comas el verso de cualquiera que te dice: «Yo te ayudo a hacer viral» y no tiene videos. O que te dice: «Mirá, tengo una agencia de marketing». «Bueno, ¿y cuántos son?». «No, soy yo solo». Bueno, me estás mintiendo. O diseños de páginas web. Y resulta que terminan encargándosela a otros porque no tienen ni idea.

Ahora, si el tipo te dice: «Mirá, yo vendo diseño web, pero en realidad no lo hago yo. Yo soy un conocedor del tema, no me gusta diseñar, no me gusta lidiar con la parte técnica, pero subcontrato, freelance o lo que sea, y yo te voy a entregar una página así, así y así para que alcances este objetivo». Bueno, entonces sí.

¿Es diseño o es solo Canva?.

He visto gente, por ejemplo, que cuelga en su Instagram: «Ayudo a mujeres a mejorar su branding para vender». Y vos ves el logotipo, los colores, el diseño, y es Canva 100%. No tengo nada en contra de Canva, es una herramienta que uso. Pero no hay criterio. No hay un conocedor. Yo en 1990 tuve mi primer computadora y comencé a diseñar por las mías y compré libros para aprender. En esa época no había internet. Compraba libros de diseño gráfico que salían un huevo. Yo tenía Corel 2 y Photoshop 4. Luego trabajé con Quark Express. Luego trabajé con otras cosas de Adobe. Y diseñaba, hacía diseño gráfico. Luego hice páginas web con Adobe Dreamweaver. Luego vino Flash, no me gustó y me dediqué a otra cosa.

Entonces, tengo una base. No es que estudié, pero tengo una base. Y además, y lo más importante, es que pude trabajar de eso. En una época en la que nos peleábamos con los diseñadores de la vieja escuela que decían que los que usábamos computadoras no sabíamos nada. Yo sé si vos sabés diseño o no sabés. Entonces, no hagas un Instagram diciendo que hacés branding para mujeres emprendedoras para que tengan éxito en su negocio y es una pedorrada de cinco plantillas de Canva. Un logo totalmente ruidoso. Una estética absolutamente genérica que la viste un millón de veces. Eso no es hacer diseño.

La autenticidad en los negocios.

No es que yo venga a criticar porque considere que estoy por encima de todos y sea perfecto. Me he mandado, me mando y me mandaré algunas cagadas porque soy un ser humano. Pero una cosa es equivocarse porque todos nos equivocamos. Y otra cosa es a sabiendas de que estoy tergiversando, mintiendo o agrandando las cosas, salir a vender. Porque además no vendés.

Por eso este episodio está dirigido a vos. Si ofrecés servicio, por empezar, no seas vendehumo. No sé si te conviene ser vendehumo porque la mentira tiene patas cortas. Más tarde o más temprano, tu negocio se va a desplomar. Tampoco te conviene ser incoherente. Sepas o no sepas porque puede que vos consideres que descargarte una plantilla de Canva, ponerle el nombre que se te ocurrió a partir de una película de Disney y hacer todo igual es diseñar. Y disculpame, no es diseñar eso. Diseñar es otra cosa. Hacer branding es otra cosa.

Vos agarrás el Elementor y te bajás una plantilla y le cambiás los títulos y las fotos y ya pensás que estás haciendo diseño web. No, no estás haciendo diseño web. Estás usando una herramienta que es accesible para quienes no saben, y estás adaptándola sin ningún tipo de criterio. Donde decía fisioterapeuta, ponés el coach de vida y le cambiás el color y ya te parece que le resolviste toda la comunicación o la presencia digital a un cliente. No, no lo hiciste. ¿Por qué no se hace así?

Consejos finales.

Está el vendehumo que sabe que está vendiendo humo, pero para poder venderlo tiene que al menos conocer el marketing, conocer la psicología, los puntos de dolor de las personas, de su buyer persona. En definitiva, usará las cosas para el mal, pero sabe. Pero después están los incoherentes que no saben nada. Algunos no se dan cuenta que no saben y por eso te digo, fíjate, tal vez no estés sabiendo y por eso no tengas éxito con tu emprendimiento. Y hay otros que ya van camino al vendehumismo.

Yo te diría que si querés un negocio de verdad, cambiá un poquito la mentalidad y hacé las cosas como hay que hacerlas. Y vos si tenés un negocio, espabilate. No contrates a cualquiera que evidentemente no te puede ofrecer nada, y esto está a la vista, por una cuestión de ahorrarte unos pesos o por lo que sea. Al final, hagan lo que quieran. Yo cumplo en venir acá, dar mi opinión, contar la historia. Como digo siempre, cada chancho a su chiquero.

No tengo más que decir por hoy, pero sí por mañana porque mañana nos volvemos a encontrar. Eso sí, antes de irme, acordate, ponete en acción porque el tiempo no perdona.

¿Querés vender más?

Si querés vender más puedo ayudarte.
¿Qué te parece si hacemos una consultoría por videollamada?

  1. reservás tu lugar.
  2. nos conectamos.
  3. me contás sobre tu negocio
  4. y te asesoro para que mejores tu marketing, contenidos, publicidad o lo que necesites.

¡Deja de perder tiempo, dinero y energía en acciones que no te dan resultados!
Empezá a vender con estrategias, metodologías, contenidos y publicidad.

Escribime y reservá ya mismo tu lugar.