1829 La gran mentira del emprendedor: lo probé todo.

¿Te decís que «lo probaste todo» para justificar por qué tu negocio no funciona? Cuidado, porque esa es la mentira más grande que te contás. Hoy, jueves 14 de agosto de 2025, episodio 1829, te desafío a que te enfrentes a la verdad sobre tu esfuerzo y descubras dónde está el trabajo que todavía no hiciste.

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

Soy Carlos Malfatti, consultor de marketing, y si querés mejorar tu vida mejorando tu negocio gracias al marketing, contactame en https://carlosmalfatti.com. 🎵 Música: «Golden Sunrise (Instrumental)» de Josh Woodward. Descarga libre y licencia Creative Commons Attribution 4.0 en https://www.joshwoodward.com/song/GoldenSunrise.

¿Sos de los que dicen «lo probé todo y nada me funciona»? Quedate, porque voy a desarmar esa mentira que te contás a vos mismo. Te explico por qué ese «todo» suelen ser tres boludeces mal hechas y por qué el éxito no está en lo que probaste, sino en todo el laburo que todavía no te animaste a hacer.

La gran mentira: «lo probé todo y nada me funciona».

Esto de «lo probé todo, hice todo» es una mentirita que nos contamos. La realidad es que nunca probamos todo, nunca hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance. Hacemos una cosita, dos cositas, probamos una u otra estrategia y luego decimos «pucha, esto no funciona».

Esto surge a partir de una consultoría que di la semana pasada. Estaba hablando con una clienta y me dijo: «No, lo que pasa es que esto no me funciona, probé de todo». Y ese «probé de todo», cuando empecé a escarbar, eran tres o cuatro cosas.

Yo también soy culpable, pero hay una diferencia clave.

Y atención, porque vos dirás que siempre estoy señalando a los demás. Te aviso que soy uno de los primeros en reconocer que de mil cosas que podría haber hecho, hice cuatro, cinco o diez. Me quedan 900 y pico por hacer.

La diferencia es que no lo niego. La diferencia es que no señalo hacia afuera. La diferencia es que lo sé. ¿Por qué no tengo mejores redes sociales? Porque no hice todo lo que había que hacer. Me quedé ahí, lo más pancho.

Yo no digo «uy, probé un montón de cosas y el algoritmo no me quiere». No, boludo, hiciste tres boludeces y esas tres boludeces que hiciste no funcionan. Deberías haber hecho muchas de las cosas que no hiciste.

Acá nos sacamos la careta y a calzón quitado. No es que yo sea perfecto y el mundo un pecador. Pero no por esto tengo que dejar pasar esta realidad.

¿Qué significa realmente «probar de todo»?

Cuando empezás a escarbar, ese «probar de todo» en realidad es que «hice dos o tres cositas». Por lo general, cuando alguien no tiene resultados, lo que suele hacer es probar lo que hacen los demás. Mirás al vecino, copiás lo que hizo aquel, hacés lo que dice el gurú de turno y decís «bueno, hice de todo». Pero todo lo que hiciste no sirve.

Haber probado todo es decir: «Bueno, hice esto, no me funcionó. Voy a investigar, voy a educarme, voy a probar, voy a testear, voy a modificar, voy a insistir hasta que esto funcione». Entonces ahí vas a poder decir «la verdad que probé un montón de cosas».

No hay nada malo en admitir «pucha, este ganso tiene razón, tal vez no hice todo lo que podría haber hecho».

Dejá de culpar al algoritmo y salí de la zona cómoda.

Hay que cambiar la mentalidad y arriesgarse un poco. Hoy todo el mundo quiere que la vida sea fácil. «Ah, me caso, dos discusiones, me divorcio». ¡No, flaco, a ver si pueden durar un poquito más! «Pongo tres contenidos, ah, no me funcionaron, algoritmo de mierda». No, loco, pusiste tres contenidos y son espantosos.

Siempre la culpa es del de afuera: la economía, el vecino, los chinos, Trump. Nunca la culpa es mía.

Aprobé de todo con la publicidad. ¿Cuántos públicos tenés? ¿Cuántas creatividades hiciste? ¿Cuántas campañas? «No, dos y una sola campaña». Bueno, flaco, entonces no hiciste de todo, hiciste una cosa medio pedorra y por eso no te funcionó.

Si estás haciendo algo y no te funciona, deberías cambiar cosas hasta que te funcione. Insistir. En ese caso sí vas a poder decir «probé todo». Pero si hiciste dos pedorradas y no anduvieron, no probaste todo.

Un plan de tres pasos para dejar de mentirte.

Este tirón de orejas concluye con un par de cositas:

1. Dejá de culpar a los demás: Hacete cargo de tus propias decisiones, de tus aciertos, de tus errores, de lo que estás haciendo y de todo lo que no estás haciendo y podrías hacer. Si no es tu caso, bien. Pero si lo es, momento de poner las barbas en remojo.

2. Preguntate con honestidad brutal: ¿Realmente probaste todo? ¿Realmente diste todo? Siempre hay un poquito más que podemos dar. Nadie va a fondo, y los que van a fondo son los que obtienen resultados.

3. Hacé lo que no hiciste hasta ahora: Locura es hacer lo mismo y buscar resultados distintos. Si las cosas no te funcionan como las estás haciendo, cambialas. Y vas a ver que, aunque sea de a poquito, algo va a empezar a mejorar.

Dejá de mentirte. El éxito no está en lo que probaste, porque si no, ya lo tendrías. Está en todo ese laburo que no te animaste a hacer. Y es tu obligación hacerlo si realmente querés obtener resultados.

¿Querés vender más?

Si querés vender más puedo ayudarte.
¿Qué te parece si hacemos una consultoría por videollamada?

  1. reservás tu lugar.
  2. nos conectamos.
  3. me contás sobre tu negocio
  4. y te asesoro para que mejores tu marketing, contenidos, publicidad o lo que necesites.

¡Deja de perder tiempo, dinero y energía en acciones que no te dan resultados!
Empezá a vender con estrategias, metodologías, contenidos y publicidad.

Escribime y reservá ya mismo tu lugar.