1657 La película de tu vida. (Anuario 2024 – Mayo)

Hoy es martes 17 de diciembre de 2024, episodio 1657, y seguimos con el anuario de 2023. En este episodio retomamos una pregunta que puede cambiar tu perspectiva: ¿irías al cine a ver la película de tu vida? Si pensás tu vida como una historia que merece ser contada, tal vez descubras nuevas formas de vivirla.

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

¿Irías a ver la película de tu vida?

Hola, ¿cómo va? Seguimos con este anuario, y hoy le toca el turno al mes de mayo. En mayo hubo un episodio muy particular, muy recordado y comentado. La pregunta que planteé en ese momento fue: ¿Irías a ver la película de tu vida?

Hoy vamos a recordar ese episodio y a reforzar algunas ideas que creo que están buenísimas, sobre todo ahora que termina el año y comienza uno nuevo.

Un concepto simple pero poderoso.

¡Bienvenida, bienvenido! Soy Carlos Malfatti, y arrancamos un nuevo episodio de Marketing para gente como uno. Hoy es martes 17 de diciembre de 2024, estamos en el episodio 1657, y hacemos homenaje o traemos de nuevo ese episodio de mayo que llevaba como título algo parecido a: ¿Irías a ver la película de tu vida?

Este es un concepto muy interesante que encontré dando vueltas por internet una vez y decidí hacer un episodio al respecto. Es una idea tan simple, pero tan potente a la vez, que si la aplicás y enfocás tu vida desde esta óptica, muchas cosas buenas pueden pasarte.

Las buenas películas y el poder de las historias.

Pensemos en una película. Vayamos al cine, vayamos al poder de las historias. ¿Qué tiene una buena película?
Una buena película tiene acción, tiene drama, tiene distintos momentos. Tiene eso que se denomina el viaje del héroe, donde el personaje enfrenta obstáculos y, a partir de adquirir distintas herramientas o habilidades, decide cambiar, resuelve los problemas y finalmente se alza victorioso.

Ese final feliz, con la gente aplaudiendo, llorando, emocionada. Toda buena película se disfruta: te hace estar feliz en algunos momentos, tenso en otros, y hasta triste en otros. Eso es lo que define una buena película.

¿Valdría la pena ver la película de tu vida?

Ahora viene la pregunta: si vos fueras a ver la película de tu vida, ¿valdría la pena?

Imaginá que, en vez de ir al cine a ver la película que está de moda, como alguna de Marvel (no sé cuál, porque al cine no voy), sacaran esa película de cartelera y proyectaran tu vida. Imaginá un mes de tu vida, o un año, una semana, o incluso un día de tu vida en pantalla gigante.

Te sentás en primera fila con los pochoclos para mirar. ¿Valdría la pena?

Reflexionando sobre la vida que llevamos.

Este concepto puede parecer una pavada, pero es muy potente. ¿Tenés una vida monótona, aburrida, sin aventuras? ¿Vos, como personaje de tu propia película, avanzás, creces, evolucionás, mejorás, enfrentás obstáculos y salís victorioso o victoriosa? ¿O tu vida es algo plano, sin emoción, rutinario, gris?

Imaginá, por ejemplo, el día de ayer o la semana pasada. Si lo proyectaran en una pantalla gigante, ¿valdría la pena? ¿Podrías decir: “¡Qué bueno estuvo esto!” o pensarías: “Qué aburrimiento, fue todo lo mismo”?

Haciendo cambios para una vida más emocionante.

Si tu vida no tiene esos matices, esa aventura, esa emoción, no es para martirizarte ni para decir: “Mi vida es una porquería”. Todo lo contrario: esto es una invitación a reflexionar. Porque la respuesta es que sí podés cambiar tu vida.

Como toda buena película, la vida también comienza con un buen guion. Si pensás que tu vida no está tan buena, ¿cómo podés hacer para que sea un poco mejor? ¿Qué elementos nuevos podés introducir a la trama para que sea más interesante?

Rediseñando el guion de tu vida.

Imaginá que tenés una vida monótona, haciendo siempre lo mismo: te levantás, vas al trabajo, volvés, mirás televisión y te acostás. ¿Qué podés cambiar?

Podrías empezar por cosas simples:

  • Introducir una nueva rutina.
  • Ir a un lugar distinto.
  • Hacer nuevas amistades.
  • Ponerle más ganas a las actividades que ya hacés.
  • Decirle “no” a lo que no te suma y “sí” a lo que te mejora como persona, profesional, amigo, pareja, trabajador o emprendedor.

La idea es crear un guion para tu vida. No tengas miedo de soñar ni de imaginar cómo querés que sea la trama de tu vida. Por ejemplo:

  • Si tenías miedo de opinar, empezá a dar tu opinión.
  • Si postergabas cosas, dejá de hacerlo.
  • Si había algo que evitabas por temor, enfrentalo.

De la imaginación a la acción.

Una vez que tenés claro cómo te gustaría que sea tu vida, solo falta empezar a hacerlo realidad. No se trata de cambiar todo de golpe, pero podés empezar con una pequeña cosa, mejorar día a día, y buscar que tu vida realmente sea algo mejor.

Este ejercicio puede parecer tonto, pero si lo tomás en serio, vas a ver que las cosas empiezan a cambiar. Si diseñás un guion y lo seguís con convicción, vas a ver cómo tu vida se transforma en algo digno de proyectarse en una pantalla gigante.

Transformando tu vida en una película emocionante.

Esto no significa que tengas que convertirte en un agente secreto que vive en el Mediterráneo con autos caros y una vida llena de lujos. Se trata de transformar lo que está a tu alcance.

Por ejemplo:

  • Podés empezar a caminar media hora al día o andar en bicicleta.
  • Podés cambiar tu forma de vestir.
  • Podés visitar lugares diferentes, aunque sean pequeños cambios en tu rutina.

Todo cambio, por más pequeño que sea, puede hacer que tu vida sea más interesante y, lo más importante, más alineada con lo que realmente querés.

Planificando un futuro mejor.

Hacelo como si fuera un juego. Pensá: “¿Qué puedo cambiar ahora? ¿Qué puedo mejorar en seis meses? ¿Qué puedo lograr en un año?”.

No te presiones, pero comprometete. Imaginá que estás escribiendo el guion de la película de tu vida. Si el concepto te entusiasma, podés incluso imaginarte interpretando un personaje distinto al que sos hoy.

Por ejemplo:

  • Si te ves como alguien aburrido o descuidado, probá vestirte mejor, ir a un lugar más interesante o cambiar tu actitud.
  • Si querés mejorar físicamente, empezá por algo sencillo como caminar o hacer ejercicios.

Vas a ver cómo todo empieza a transformarse: aparecen nuevas personas en tu vida, oportunidades diferentes, y sentís que estás viviendo algo más digno de proyectarse en una pantalla gigante.

Despedida.

Esta es la propuesta: recordando aquel episodio de mayo, donde te planteé la pregunta: ¿Irías a ver la película de tu vida? Ahora ya sabés cómo hacer para que la próxima vez que vayas al cine, pidas una segunda parte de esa película, una versión aún mejor.

Amigas y amigos, todo lo bueno llega a su fin, y este episodio no es la excepción.

Si te gustó, pasate por Spotify, dejame cinco estrellitas, un comentario o compartilo. Lo mismo podés hacer en YouTube si andás por ahí.

Por lo pronto, no tengo más que decir por hoy, pero sí por mañana, porque mañana nos volvemos a encontrar con otro episodio del anuario.

Eso sí, antes de irme: poné en acción el guion de tu vida, porque el tiempo no perdona.

¡Nos vemos! ¡Chau chau!

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