1827 La viralidad puede destrozar tu negocio.

¿Tu sueño es que uno de tus videos se haga viral? Cuidado, porque esa obsesión puede ser el camino más rápido para fundir tu negocio. Hoy, martes 12 de agosto de 2025, episodio 1827, te explico por qué perseguir la viralidad a cualquier costo te llena de vistas pero te vacía los bolsillos.

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

Soy Carlos Malfatti, consultor de marketing, y si querés mejorar tu vida mejorando tu negocio gracias al marketing, contactame en https://carlosmalfatti.com. 🎵 Música: «Golden Sunrise (Instrumental)» de Josh Woodward. Descarga libre y licencia Creative Commons Attribution 4.0 en https://www.joshwoodward.com/song/GoldenSunrise.

Todos se mueren por ser virales, bueno, casi todos. Pero en el caso de que estés pensando en esto, ojo, podría ser una boludez. Esa obsesión por las vistas, en vez de hacerte ganar más dinero con tu negocio, que de eso se trata, podría destruirlo. Así que, prestá atención.

La viralidad como solución para todo: el primer error.

En el universo del marketing, los vendedores de viralidad se han multiplicado a tal punto que muchos creen que es la solución para todo. No vendés, viralidad. Tu marca personal es una cagada, hacete viral. Te peleaste con tu novia, hacete viral. Te salen feas las tortas fritas, hacete viral.

Pareciera que es la receta que cuadra para todo el mundo, pero la verdad es que no es así. Al contrario, podría perjudicarte.

¿Qué es la «viralidad tóxica»?

Arranquemos por el principio. ¿Qué significa ser viral? Bueno, llegar a un número importante de personas, muy por encima del promedio al que estás acostumbrado con tus contenidos. Si un reel tuyo normalmente lo ven 5.000 personas y de repente lo vieron 150.000 o un millón, podríamos decir que te hiciste viral.

Pero, ¿cuál es el sentido de llegar a tanta gente? El sentido es captar la atención de determinado tipo de personas, retenerla y generar confianza para que te terminen comprando. Por ende, la viralidad no puede ser algo tomado al azar; debe haber una estrategia atrás. El contenido se crea para venderle a esas personas lo que vos ofrecés.

Lo primero es determinar tu objetivo: ¿querés hacerte famoso o querés vender? Son dos caminos distintos.

Los peligros de atraer a la audiencia incorrecta.

He visto más de una vez a gente que venía construyendo una comunidad de a poco, se sube a esta bobada de la viralidad y termina creando «contenido pochoclero». Esto trae un montón de gente que no viene por su propuesta de valor, sino por el chiste. Y los que lo seguían por el contenido de valor, se van. A los nuevos no les pueden vender y los viejos ya no están.

Esa es la viralidad tóxica, y te pueden pasar varias cosas:

1. Atraer a la audiencia incorrecta: Imaginate que tenés un salón de belleza y regalás helado en la puerta. La gente va a venir por el helado. Cuando dejes de regalar helado, no van a ir más. Lo mismo pasa si te subís al bailecito de moda o a la música en tendencia; te va a traer gente que viene por eso, no potenciales clientes de calidad.

2. Confundir señales con ruido: Las vistas y los seguidores en este contexto son ruido. Las ventas y los clientes de calidad son la señal. Vas a traer un montón de ruido y tomar malas decisiones, pensando que por hacer otro video divertido vas a vender más, cuando ni siquiera con el primero vendiste.

3. Quemar tu marca: Podrías estar quemando tu marca. Dejás de ser un experto en lo que hacés y te convertís en alguien que corre detrás del contenido de moda, perdiendo tu diferenciación.

La viralidad buena: cuando hay una estrategia detrás.

Ojo, no es que la viralidad sea mala per se. Si vos tenés detrás una estrategia y creás contenido alineado con la comunicación de tu negocio, que apunta a tu buyer persona y tiene objetivos comerciales claros, bienvenido sea.

¿Qué más quiere uno que crear un contenido, con el laburo que lleva, y que ese contenido rinda? Pero no cualquier boludez. Tiene que ser un contenido coherente con tu marca, que transmita tu identidad verbal y visual. Si lo hacés bien, habrás encontrado la llave para aumentar notablemente tu alcance y, por la ley de los grandes números, traer clientes.

No es «viralidad caca». La caca es caca y la viralidad buena es viralidad buena. De esto voy a hablar la semana que viene.

Dejá de buscar aplausos y buscá que suene la caja registradora.

Lo importante es que, si un contenido se te hace viral, no le prestes atención a las vistas. Tratá de identificar cuántas ventas te trajo. Eso es lo que importa. Porque por más que 75 millones de personas vean tu contenido, si no vendés nada, da igual.

Tené en cuenta que no siempre el contenido con más vistas es el que más vende. Todo depende del momento en el que se encuentra ese potencial cliente en el embudo de ventas. Por eso en marketing siempre estamos testeando.

En síntesis, dejá de buscar aplausos y buscá que la cajita registradora haga clín, clín, clín. Buenísimo si te podés hacer viral, pero que se transforme en ventas y que no se lleve puesto a tu negocio ni a tu marca. Que por conseguir dos o tres vistas más no termines destrozando tu marketing y pareciéndote a los demás, perdiendo toda tu diferenciación.

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