498 Somos humanos.
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Los emprendedores somos personas, somos humanos y como tales nos pasan cosas. Es importante darse cuenta de que estamos lejos de ser robots que trabajan y trabajan sin importar lo que nos ocurre alrededor. Es cierto que mucho influencer pretende imponer esta idea pero la verdad pasa por otro lado.
Bienvenid@s a otro episodio.
Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.
Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.
Transcripción del episodio. (*)
*realizada con una herramienta de IA, puede contener errores.
Hoy es jueves 17 de septiembre de 2020, estamos en el episodio 498 y este episodio lleva por título Somos Humanos.
Resulta que hoy estaba conversando con un amigo, colega y también podcaster y él me comentaba algunas situaciones particulares de su vida que le estaban aconsejando y me estaba también transmitiendo que no estaba en sus mejores días.
Yo le mandé por WhatsApp una serie de mensajes porque la verdad tenemos una especie de amistad a distancia porque compartimos todo esto del marketing digital y del podcast y nos contamos cosas y chismeríos y ese tipo de cosas que pasan cuando uno se comunica con gente que tiene intereses afines.
Y la cuestión es que le mandé un par de mensajes como diciendo que aflojada porque esto, porque el otro y además porque me sentí totalmente identificado con muchas de las cosas que le pasaban.
Y mientras yo se lo decía, ocurrieron dos cosas. Primero, me lo estaba diciendo a mí mismo. Gran parte de los episodios que ustedes van a escuchar en este podcast cuando hago episodios así medio si se quiere filosóficos, créanme que gran parte me lo digo a mí. Uno tiene que ir reafirmando las cosas. ¿Para qué? Para no perder el rumbo porque a veces en la vorágine el día a día perdés el rumbo.
Entonces lo primero eso y lo segundo dije pucha esto está bueno para comentarlo en el podcast. ¿Por qué? Porque así como le pasa a él, así como me pasa a mí, seguro que te está pasando a vos y si no te está pasando te va a pasar porque como se titula este episodio somos humanos, somos personas, somos gente de carne y hueso.
Siempre me gusta mencionar algo que lo he dicho en otros episodios que somos nosotros y nuestras circunstancias y por lo tanto tenemos que tener paciencia. Tenemos que aceptar que no siempre vamos a tener todas las pilas. Tenete paciencia y aceptate porque no sos una máquina, no sos un robot como no lo soy yo.
Vas a tener cansancio físico, va a haber días que vas a tener cansancio mental e incluso cansancio espiritual porque además de lo que te ocurre a vos, vos estás en un contexto, un contexto personal, familiar, un contexto de país. Pueden pasar mil cosas y si a eso le sumas lo que hoy ocurre, lo de la pandemia, cantamos bingo. Es un cóctel explosivo.
¿Por qué? Porque puede que vos estés enfocado o enfocado en tu laburo como estoy yo, pero uno no es sonso. Uno se da cuenta que pasan cosas alrededor. Alrededor nuestro hay muerte, hay dolor, hay dudas, hay incertidumbre. Incluso si le prestamos poca atención porque aunque no le prestemos atención, aunque no consumamos los medios de comunicación, el hecho es que todas estas cosas las sabemos y actúan, aunque no nos demos cuenta a nivel psicológico, a nivel eterno.
Todo esto que nos pasa alrededor de no saber más allá que uno puede ser optimista y positivo y decir no, pero esto ya va a aflojar para el verano, para mariana, dentro de dos meses. La verdad no la sabe nadie. Y esto nos afecta, aunque no nos demos cuenta, nos afecta.
Sos una persona que te pasan cosas, estás dentro de un contexto y estás en una situación actual en la que muy poca gente estuvo, salvo que haya estado en otra pandemia, pero si no, no estuvo.
¿A qué voy con todo esto? Que no te castigues, no te ates a la cruz y te claves los brazos. No tiene sentido. Y te lo dice alguien que de tanto en tanto tiene esta mala manía de castigarse y de autoflagelarse y decir ¿por qué no logré lo que tendría que haber logrado en este momento? ¿Por qué no hice lo que?
Miro, porque perfecto no soy, muchas veces el vaso medio vacío. Está bien, no es muy habitual. Hay momentos en los que lo hago y en vez de ver todo lo que hice, veo lo que me falta. En vez de ver todo lo que logré, veo todo lo que no hice.
Y para colmo, esto se agrava, porque vivimos en un mundo digitalizado en el que las redes sociales están en primer plano y es inevitable, aunque uno lo sepa y aunque uno trate de no hacerlo, es inevitable no compararse. La comparación es propia de la condición humana.
Nos comparamos para saber si estamos a la altura de alguien o estamos por encima o estamos por debajo, porque tenemos miedo de no pertenecer. Evolucionamos como seres humanos desde que éramos unos simples monos peludos hasta hoy porque nos juntamos y juntos y juntas hicimos cosas que hubiese sido imposible hacerlas en soledad.
Después veremos qué cosas hicimos bien y cuáles no, pero logramos un montón de cosas juntos y juntarnos con los demás podía significar vivir o morir que te echaran de una tribu, te echaran de la caverna, te rajaran y las tuvieras que ver en soledad, podía significar tu muerte.
Todas estas cosas las tenemos fuertemente internalizadas, por lo tanto queremos formar parte de un grupo, no queremos estar afuera y nos comparamos con los demás y decimos, pero yo no soy como esos, suenan las alarmas, no estoy ahí en ese grupo, no soy así, estoy en riesgo y esto nos pasa.
Pero lo que tenemos que advertir y que lo sabemos pero a veces aún así compramos la mentira es que en las redes sociales nos muestra lo que la gente quiere mostrar, todo el mundo muestra su mejor cara o su culo, pero esa cara o ese culo, perdón señora, no es real, compramos tanto la mentira que aún sabiendo que lo es la compramos.
¿Querés un ejemplo? Los filtros, vemos a alguien con un filtro la cara de porcelana, parece una princesa de la dinastía Ming y nosotros la conocemos y sabemos que no tiene esa cara y sin embargo la aceptamos. No está mal, o sea, no estoy diciendo que esto esté mal, pero lo que estoy diciendo es que todos los días compramos la mentira, esa mina que nos parece genial ni tiene esa cara ni tiene ese culo y ese tipo que nos parece genial ni le va tan bien ni es tan genial ni es tan perfecto y ocurre muchas veces que los comunicadores, que los influencers, que los creadores de contenido que seguimos, de los cuales aprendemos y en muchos casos queremos ser como ellos en tanto emprendedores que somos, nos presentan realidades que no siempre.
A ver, no digo que mientan, pero lo que digo que no toda su vida es como la publican en redes sociales, pero claro, nosotros vemos esa cara y por lo tanto nos sentimos menos, decimos yo quiero ser como tal o como cual porque le va fantástico, porque le va bárbaro y porque gana mucho dinero y porque su familia es genial y porque no tiene nada malo en su vida. Mentira, es mentira, a todos nos pasan cosas, a estas personas y a nosotros, pero qué pasa, nos comparamos y al compararnos nos sentimos mal.
En conclusión, somos humanos, somos personas y está perfecto. Aceptá que no siempre vas a estar con todas las pilas, no siempre vas a tener ideas geniales, no siempre vas a tener toda la energía, aceptá que te podés equivocar y está bien, aceptá que puede que un día te levantes a la mañana y no se te canten las ganas de trabajar y está perfecto, está perfecto.
Quién soy yo para decirte a vos cómo tiene que ser tu vida, quién es aquel influencer o aquel no sé qué o aquel creador de contenido que te muestra una vida maravillosa que no siempre refleja su realidad para decirte cómo tenés que vivir la tuya.
Por supuesto, hay un ideal, hay algo a buscar, debemos ir siempre buscando mejorar como me gusta decir como personas y como profesionales, pero lo tenemos que hacer a nuestro ritmo y lo tenemos que hacer a partir de nuestra propia realidad y lo tenemos que hacer aceptándonos que nosotros somos nosotros y los demás son los demás.
Ahora, ¿esto significa ser negligente? ¿Tirarse a la marchante y decir bueno hoy no tengo ganas de trabajar y al otro día hoy tampoco? No, no significa eso, lo que significa que no te tenés que torturar porque resulta que te pasaron cosas y hoy no estás de humor.
Bueno, listo, al carajo, no estoy de humor, mañana estaré, punto, y no se muere nadie porque, voy a decir una frase que está dicha hasta el cansancio, la vida no es un sprint, es una maratón y si hoy estás bajoneado, bajoneado, bueno, listo, y mañana están bien, ya está, pasado mañana estarás mejor.
Ahora, si es permanente, no, ahí ya tendrías que ver otra solución, pero si no es así, bueno, date permiso, date permiso para un día no tener ganas de hacer las cosas, aunque el tipo del podcast te diga ponete en acción que el tiempo no perdona, bueno, loco, ponete vos, yo no tengo ganas hoy y está perfecto que no tengas ganas, relajate, descansa, respirá y aceptá que sos humana, que sos humano y que te pasan cosas y que nadie es perfecto, ni esos tipos que vemos por ahí que parecen que lo son, nadie es perfecto, todos tienen su lado B, vos, yo, todos, entonces aceptate, construí tu vida a partir de tu propia realidad y de tu forma de ser, mejorá por supuesto todo lo que puedas, mejorar y seguí adelante, esto sí es clave, seguí adelante, pero a tu ritmo, con las pausas que necesites, con los momentos de reflexión que tu vida requiera, por qué no, inspirándote en la vida ajena, pero entendiendo que la única vida que vale la pena vivir es la tuya.
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