1239 El bicicletero del marketing genial.

Me compré una bici y como vienen desarmadas tuve que ir a una bicicletería para que la dejaran lista para salir a pedalear por ahí. Hoy te cuento mi experiencia y cómo el bicicletero me ganó como cliente con una táctica muy sencilla y de sentido común. Como verás te cuento las malas y también las buenas.

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

El efectivo marketing de una bicicletería a la que fui.

Muy bien, hoy vuelvo con uno de estos episodios que yo sé que te gustan, cuando te cuento cosas que me pasan y que las analizo y después lo transmito desde el punto de vista del marketing.

Suele ocurrir que vengo a contar cuando me pasa algo malo, pero también cuando me pasa algo bueno, como en el episodio de las milanesas que me regalaron. Bueno, hoy es una de las cosas buenas.

A veces, el buen marketing es el sencillo.

Lo que te voy a contar hoy es un buen ejemplo de marketing. De marketing sencillito, de sentido común, sin mucho vuelo académico, pero absolutamente efectivo.

Como dije en la intro, me compré una bicicleta, pero cuando la bicicleta llegó a mi casa, lo hizo dentro de una caja y desarmada.
Tuve que salir a buscar dónde armarla, como yo no soy especialista en bicicletas, me fui aquí a mi barrio, a tres cuadras de mi casa, donde hay una bicicletería.

Entré y pregunté lo siguiente, que es obvio.
¿Armas bicicletas?
¿Qué me contestó el bicicletero? Me dijo:
– sí, te cuento cómo trabajo, la bici no trae grasa. Yo lo que hago es la desarmo toda, la engraso, ajusto todo y la vuelvo a armar.
Y recién ahí me dijo el precio.

El bicicletero primero me hizo notar el valor.

Claro, ¿cuántas veces te dije yo que precio es percepción de valor? Miles de veces.
¿Cuando una persona paga sin chistar? cuando entiende o percibe que el dinero que está dando en comparación al bien que está recibiendo al producto o a la solución que le está dando un negocio es inferior.

O sea, nosotros pagamos contentos y alegres cuando nos da esa sensación de que estamos ganando. Estoy pagando algo, pero lo que recibo a cambio es mayor.

Este bicicletero me cobró cuatro mil quinientos pesos y a mí no me pareció caro porque antes de decirme el precio me explicó su forma de trabajar. Al indicarme en detalle su trabajo elevó mi percepción de valor del mismo.

Si me hubiese dicho el precio «a secas» tal vez no lo pago. ¿Por qué? Al no entender nada de bicicletas y dependiendo del humor de mi día, podría considerar que ese dinero era mucho (o caro).

En ese caso, tal vez me hubiese dado media vuelta y hubiera buscado precio en otras bicicleterías del barrio.

En una sola frase «me vendió» su bicicletería.

Este bicicletero, nuevamente lo digo, quizá de puro pedo, o porque la tiene a re clara, o porque sabe de marketing, o porque tiene una larguísima experiencia y ha encontrado una fórmula supo persuadirme para adquirir su servicio, para ver el valor y confiar en su trabajo.

El tipo me respondió añadiendo a su propuesta mucho más valor. No es lo mismo armar una bicicleta que decir sí, desarmo la bicicleta que viene en la caja, la engraso, ajusto todo, los cambios, los frenos, tal cosa tal otra, la armo, te la llevas.

Vos fijate la diferencia entre tirar el precio seco o transmitir al cliente que el servicio, en este caso del armado de bicicletas, tiene un mayor valor. Por eso me encantó este ejemplo, es tan simple, tan simple, tan de sentido común, pero a su vez tan efectivo.

Esta bicicletería también sabe retener clientes.

Pero atención, aquí no termina la historia.

Me dijo:
– la dejás el lunes y el mismo lunes a la tarde la podés retirar.

El lunes por la mañana llamo, llevo la bicicleta, me reciben la bicicleta, me atienden muy bien, y por la tarde vuelvo a llamar para preguntar si ya estaba lista.

Me atiende en este caso el bicicletero porque por la mañana me había atendido su mujer y dice sí, efectivamente te estaba por llamar porque ya está la bicicleta, la podés venir a buscar.

Cuando la voy a buscar me cobra y me dice:
– date unas vueltas y en una semana 10 días tráemela de nuevo porque te hacemos un ajuste que es sin cargo.

Este bicicletero ya no es amateur, este es un marketero pro.

Vos fijate, entre lo de te armo y te desarmo la bicicleta y volvé a tráermela, que te hago los ajustes sin cargo, ya está. Me tenés de cliente, no lo dudo,.

De cliente a cliente recurrente de la bicicletería.

Voy a llevar la bicicleta a revisar, tal vez les compre un candado, unas punteras, etc. O sea, no solo pagué por un servicio sino que a partir de su buena atención (y a su buen marketing) me convertí en cliente recurrente y eso vale oro.

Conclusión

Vos fijate entonces, redondeando el episodio, dándole cierre, cómo el tipo se gana un cliente, un cliente que va a volver y un cliente que además puede comprar más cosas.

Sencillamente por, no sé, ser astuto, por tener conocimiento o experiencia o simplemente por querer brindar un buen servicio.

Por destacarse brindando un buen servicio, contándote bien cómo trabaja para que vos lo sepas, para que notes el valor de lo que va a hacer y después lo otro.

El ajuste sin cargo, como un adicional que no te esperabas. Muchas veces el buen marketing es esto, es sorpresa, es dar algo más de lo que uno espera. Cuando un negocio te da algo más de lo que esperas, wow, eso es genial. Y eso hace que vos te relaciones de manera mucho más fuerte, que empieces a crear un lazo de fidelidad para con ese negocio desde el punto de vista del cliente.

Este tipo de cosas son geniales, son tan sencillas además, tan de sentido común que para mí es un placer contártelo. Porque estoy convencido de que algo de esto así vas a poder hacer vos para tu negocio y mejorar la relación con tus clientes.

El valor que aportas, la percepción de ese valor por parte de ellos y todo un sinnúmero de cosas que va a dar como resultante más clientes, más ventas, clientes recurrentes, elevar el tique de compra y todas estas cosas que uno busca.
Así que bueno, espero que haya sido de valor para vos este episodio.

¿Querés vender más?

Si querés vender más puedo ayudarte.
¿Qué te parece si hacemos una consultoría por videollamada?

  1. reservás tu lugar.
  2. nos conectamos.
  3. me contás sobre tu negocio
  4. y te asesoro para que mejores tu marketing, contenidos, publicidad o lo que necesites.

¡Deja de perder tiempo, dinero y energía en acciones que no te dan resultados!
Empezá a vender con estrategias, metodologías, contenidos y publicidad.

Escribime y reservá ya mismo tu lugar.