1571 No confíes en la gente que te quiere.

Hoy es lunes 19 de agosto de 2024, estamos en el episodio 1571 y vengo a decirte que no es buena idea validar un negocio a partir de la gente que te quiere.

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

Transcripción del episodio:
Esta transcripción ha sido realizada de forma automática utilizando Whisper de Open Ai. Luego separando en párrafos con Chat GPT.
Es importante mencionar que podrías encontrar errores de ortografía, puntuación o gramática.

Confiar en la opinión de los cercanos.

Hoy es lunes 19 de agosto de 2024, estamos en el episodio 1571 y te vengo a decir que a la hora de lanzar una idea, a la hora de crear un negocio, de lanzar un producto, ofrecer un servicio o de ofrecer, perdón, un servicio, no confíes en la gente que te quiere. Y vos dirás, ¿qué mala onda tiene este tipo? No, nada que ver.

Te cuento a qué me refiero, porque este es uno de los errores más comunes de las personas cuando se ponen a emprender, que es validar su idea de negocio a partir de lo que opina gente que no sabe nada de emprendimiento y gente que siente mucho afecto. Y, por lo general, la gente que siente afecto por vos, salvo honrosas excepciones, no se anima a la crítica.

La falta de crítica honesta.

¿Por qué? Imaginate vos, te ponés a hacer una artesanía y te pusiste a aprender costura y te pusiste a coser y estás haciendo, no sé, pañuelitos o ropa de bebé o mantelitos o vaya a saber qué, y estás re contenta y estás re feliz y le contás a todo el mundo y les decís que vas a abrir una cuenta en Instagram y que vas a ponerte a vender por internet.

¿Y qué te va a decir la gente? La gente, salvo que sea mala onda, que también las hay, pero no te van a pinchar el globo. Lo más probable es que te insistan, que te alienten, que te empujen, que te animen a que vayas adelante e incluso, y esto es malísimo, que te compren.

El peligro de la validación inicial en el círculo cercano.

¿Cuánta gente —y seguro que conocés a alguien— arranca un negocio porque vendió bien a su círculo cercano? Y este es un problema. ¿Por qué es un problema? Porque tu círculo cercano, tu familia, tus amigos, tus afectos, la vecina, tu tía, tu pareja, la gente que estudia con vos no necesariamente es un reflejo de tu público objetivo. De hecho, en la mayoría de los casos no tienen nada que ver.

La gente, simplemente como te quiere, como te conoce, como te ve con ganas de hacer algo y seguramente lo que estás haciendo está bueno, te compran. Te compran para darte una mano y el problema es que cuando se te agota el círculo cercano te quedás con las manos vacías.

Cuando se agota el círculo cercano.

Vamos a imaginar que, como dije recién, hacés algo de costura y ofrecés. Te compra un familiar, te compra la vecina, te compran tus compañeras o compañeros de la facultad, te compra tu suegra, no sé, y vendiste un montón. Entonces hacés un cálculo de que decís: “Pucha, agoté todo lo que hice, me va a ir re bien porque a toda la gente le gusta”.

Cuando hablo de costura, hablo de cocina. Resulta que te pusiste a hacer muffins o tortas artesanales o te pusiste a vender empanadas o te pusiste a vender un producto libre de gluten. Seguramente al principio mucha gente te va a comprar. Es la gente que está cercana, la gente que te quiere. Pero el tema, o sea, la vida real, el verdadero desafío es traspasar ese círculo de gente que te conoce.

Traspasar el círculo cercano.

Eso que los yanquis denominan “fools, friends and family”, o sea, el círculo cercano. La gracia está en ir más allá. Y ojo, no digo que el hecho de que te compre la gente que te conoce sea un sinónimo de fracaso. Puede que no. Reitero, puede ser que vos hagas unos muy buenos productos y la gente te compre por un lado porque te aprecia, pero por el otro lado porque realmente lo que estás haciendo está bueno. Pero no siempre se da el caso.

La importancia de validar el negocio en un mercado real.

Y aquí lo que yo vengo a hablar hoy es de validar una idea de negocio o validar un producto concreto o validar un servicio. Vos no podés quedarte solamente con la gente que te rodea. Imaginate que mañana se te ocurre sacar fotos. Y tu nena va al jardín, tiene 5 años y tenés un montón de mamás amigas que son las mamás de las amiguitas de tu nena, y ofrecés las fotos. Sacás buenas fotos. Y además, se lo ofrecés a un precio prácticamente regalado porque estás empezando y es altamente probable que tengas buena demanda.

Pero el mercado está más allá. El mercado es mucho más grande que las mamás de las amiguitas de tu hija. Entonces este pequeño matiz, al que mucha gente no le presta atención, puede ser la diferencia entre que vos tengas algo que realmente tenga el potencial de convertirse en un emprendimiento serio en el mediano o largo plazo o simplemente sea algo que funcionó porque se lo ofreciste a gente que te aprecia y por eso funcionó.

El peligro de basar tu emprendimiento en el apoyo cercano.

No es la primera vez que lo veo y esto me ocurre como consultor de marketing, con gente que se larga porque ha tenido buena recepción de parte de sus círculos cercanos, incluso a veces de amigos de amigos, y van con todo. Hacen la página web, la cuenta de Instagram, no sé qué, y empiezan a postear, empiezan a postear. No venden, no venden, no venden. ¿Por qué no venden? Bueno, porque el mercado es algo totalmente distinto.

De hecho, voy a hacer un episodio esta misma semana hablando de la validación del mercado por el propio mercado.

Diferenciar entre apoyo y mercado.

Entonces, ¿cuál es la idea? ¿Cómo resolver este tema? Bueno, vos tendrías que prestar atención solo a aquellas personas que te compran que pueden ser parte de tu público objetivo. Un ejemplo: a mí se me ocurre hacer un podcast que hable de vida saludable. Grabo trece episodios, los subo a Spotify, le digo a toda la gente que me conoce y me escuchan, me dan buenas vibras, me dan buen feedback, me dicen que está buenísimo.

Pero resulta que entre ese grupo de personas que me escuchan apenas hay uno o dos realmente interesados en la vida saludable. Los demás me escucharon porque, bueno, yo les dije: “Che, escuchame a ver qué te parece, no sé qué”, por la novedad, para darme una mano, para sumar escuchas, y ahí está el tema. El tema está en que yo no puedo validar un contenido por cuatro o cinco personas amigas mías que me escucharon.

Validar con gente interesada en tu contenido.

Es como la radio. Hace muchísimo tiempo yo hacía un programa de radio y mi familia me escuchaba. Pero más allá de yo estar agradecido porque me escuchaba a veces mi vieja o mi hermana o mi papá o algún conocido, el interés era que me escuchara gente que no me conocía. No tiene gracia que te escuchen tus amigos.

Ahora, si de repente vos te dedicás, no sé, al surf y hacés un podcast de surf y todos tus amigos son surfers y te escuchan porque les interesa muchísimo todo lo que tenés para decir, bueno, cinco pesos aparte. En este caso, estás validando un contenido a partir de personas interesadas en ese contenido.

Esto es vital: diferenciar entre aquellos que te bancan porque te quieren y los que te bancan porque realmente les interesa o tu contenido o tu producto o tu servicio. Por lo tanto, y para cerrar, está buenísimo que la gente que te rodea te apoye. Obviamente, es mucho mejor a que no te apoye. Pero no tenés que quedarte solamente con las opiniones de la gente que te conoce, del círculo cercano más estrecho, que puede ser tu pareja, tu familia y del círculo cercano un poco más amplio. Como dije, amigos, compañeros de la facultad, gente que labura con vos.

Está bien que te apoyen, mejor si te apoyan, salvo que, bueno, nadie se anima a decirte que lo que hacés es horroroso, y en ese caso estaría mal. Pero, por lo general, siempre alguno te va a criticar. Entonces, está bueno que te apoyen, está bueno que te animen, está bueno que te compren, obviamente, pero tenés que ir un poco más allá, validar la idea.

Buscar inspiración y ampliar el panorama.

¿Y cómo la podés validar? Bueno, mirando a ver qué hay en el mercado, mirando si hay gente que hace lo mismo que hacés vos, tratando de entender cómo podés diferenciarte, tratando de copiar en el buen sentido, de inspirarte en aquellas marcas o negocios que hacen bien lo que vos estás por emprender. Y ahí sí, porque vas a estar viendo un panorama mucho más amplio y mucho más real, el panorama del mercado, que no siempre es igual al panorama de la gente que está cerca tuyo.

Así que esta es la propuesta de hoy, amigas y amigos. Todo lo bueno llega a su fin y este episodio no va a ser la excepción. Espero que haya sido de valor para vos y te pido, como siempre, que me dejes cinco estrellitas en Spotify y, si estás viendo esto por YouTube, me pongas un me gusta o me dejes algún comentario.

Antes de irme, como siempre, recordá lo que te digo: ponete en acción. ¿Por qué? Porque el tiempo no perdona.

Nos vemos, chau, chau.

¿Querés vender más?

Si querés vender más puedo ayudarte.
¿Qué te parece si hacemos una consultoría por videollamada?

  1. reservás tu lugar.
  2. nos conectamos.
  3. me contás sobre tu negocio
  4. y te asesoro para que mejores tu marketing, contenidos, publicidad o lo que necesites.

¡Deja de perder tiempo, dinero y energía en acciones que no te dan resultados!
Empezá a vender con estrategias, metodologías, contenidos y publicidad.

Escribime y reservá ya mismo tu lugar.