1126 Quiero cambiar mi triste realidad, pero si hay que pagar me quedo como estoy.


Escuchá Marketing para gente como uno en >>> IVOOX | Spotify | Google | Apple 

Ya te lo dije. Emprender no es para tibios. Cuando se trata de cambiar la historia de tu negocio (o la tuya propia) tenés que ir a fondo, no se puede ser amarrete ni en pasión ni en dinero. Hoy veremos el caso real de alguien que me contactó buscando un cambio pero desistió cuando supo que no trabajo gratis.

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

No vengo a juzgar a nadie.

Muy bien, arrancamos este episodio en el que voy a hacer una breve aclaración al comenzar.
No vengo aquí a juzgar a nadie. Aprovecho un ejemplo real de alguien que me contactó porque me parece que podemos sacar conclusiones interesantes.
Yo las he sacado y las quiero compartir con vos, seas emprendedor o seas alguien que también quiere brindar servicios.

El correo que me envió el posible cliente.

Resulta que alguien me contacta y te voy a leer brevemente el correo, dice.

Hola, soy tal. Llegué aquí buscando información sobre cómo vender online sin redes sociales.
Me pasa que me agobia mucho lo de generar contenido y por ese motivo nunca termino de arrancar.
Tengo un emprendimiento de tal cosa, vivo de él hace 15 años y desde la pandemia que quiero sumarlo online y me cuesta muchísimo, sobre todo el tema de redes sociales.

¿De verdad crees que puedo prescindir de ella? Quizás podés ayudarme con alguna estrategia o algo. 

Como siempre hago analizo el contexto de quienes me contactan para una Consultoría de marketing.

Como suelo hacer, pido las redes sociales para mirar sus contenidos, para hacerme una idea de con quién estoy hablando, qué es lo que ha venido haciendo. Veo también su comunidad, si es grande, si es pequeña, si la gente interactúa.. la idea es  meterme en el contexto.

Y buscando en sus redes sociales encontré una publicación.
##Un posteo revelador.

Esta publicación llevaba más de dos años. Una publicación que anunciaba que aprovechando el encierro de la pandemia, iba a lanzar su tienda online.

Le respondí con empatía.

Aproveché esta publicación para responder el correo de la siguiente manera.

Wow, le puse. Nos parecemos bastante. Me encontré con este posteo (se lo compartí).
Yo también amenacé a mis oyentes con proyectos y cosas que finalmente no hice.

Lo positivo del asunto es que entiendo perfectamente en la piel que estas cosas pasan.
Lo segundo positivo es que sé con certeza que aunque hay que ponerse en acción porque el tiempo no perdona. (esto lo puse como haciendo un guiño al podcast). 

Cada persona es un mundo con sus contextos, mochilas, pajaritos en la cabeza, etc.

Esto significa que cada uno debe ir encontrando la vuelta a sus ideas y proyectos de una forma que combinen con su vida.

Si te parece, podemos hacer una consultoría de una hora por videollamada. Conversamos sobre el tema para arribar a una solución. Si “queda algo en el tintero”, lo completamos por email.
El valor de la consultoría es de 60 dólares, etc.

La respuesta de mi posible clienta.

Bueno, a la vuelta de ese correo recibo un…

Bueno, gracias por tu respuesta, pero estuve hablando con otras agencias y con amigos y bueno, voy a pensarlo…

Evidentemente. Al ver que tenía que pagar se echó atrás. 

La verdad es que no me enojó su negativa. Gracias a todo el trabajo que he venido haciendo durante estos cuatro años con el podcast no me faltan clientes.
Todas las semanas recibo uno o varios pedidos de presupuestos para consultorías de marketing.

Sí me molestó que no tuviese en cuenta mi empatía y deseos de ayudarla.

Me sentí identificado con su posteo.

Yo me sentí súper identificado con ese posteo.
Si vos seguís este podcast, habrás escuchado muchas veces que yo dije, “voy a hacer esto, voy a hacer aquello” y no lo hice.

Entonces, la situación particular de esta persona era como verme reflejado. Además, mi función como consultor es ayudar a las personas con problemas como estos.

Por supuesto que cobro mis honorarios. Obviamente que no puedo vivir del aire, tengo que cobrar.
Pero tengo un interés genuino en que las personas obtengan resultados. Que lo que yo propongo le sirva.

En primer lugar para ayudar. En segundo lugar por motivos, si se quiere, más egoístas desde el punto de vista comercial o de mi propio marketing ya que una persona que obtiene resultados es una persona que va a seguir conmigo y que me va a recomendar.

Sentí una conexión con este caso.

En este caso puntual, sentí como una conexión muy especial. 

Dije… – pucha, quiso hacer esto desde hace dos años, no ha podido. (me vi reflejado).

Mi interés y empatía obtuvo una respuesta inesperada.

Escribí con empatía  ¿y qué obtuve como respuesta?

Consulté con otras agencias y con amigos…

¿qué había pasado?
Las otras agencias no le habían cobrado la consulta y sus amigos (como hablar es gratis), Tampoco.

Esperé al menos que tuviese en cuenta el hecho de que yo había pasado por el problema que estaba pasando. Pero ni me prestó atención.

La opinión de las agencias y amigos de nada sirvió.

Lo concreto es que le hayan sugerido, lo que le hayan sugerido no surtió efecto, porque no avanzó ni un milímetro, porque de haberlo hecho no me hubiera venido a consultar a mí.

Le respondí con dureza.

Por lo tanto, y a partir de aquí, le respondí el correo con, digamos, algunos párrafos muy fuertes, muy fieles a mi estilo, sin faltar el respeto, pero con los tapones de punta.

A partir de ahí me gané el que me dijese, al responderme ese mail, que yo era irrespetuoso y soberbio.

Bueno, cada cual con su cada qué, puede que tenga razón, puede que no.

Pero concretamente lo que le dije fueron dos cosas.

Primero, las agencias han sido condescendientes, como diciendo, te han endulzado los oídos para, bueno, para ver si te captaban. Y tus amigos, no sé de qué la van, porque ni las agencias ni tus amigos te ayudaron a resolver un problema que lleva más de dos años.

Lo segundo, le dije, ¿escúchame, 60 dólares pesan más en tu balanza que dos años de tu vida?

Esto lo dije adrede para hacerla reaccionar. 

Le agregué.

-Lo que te digo, te lo digo para sacudirte la cabeza y que te des cuenta que no podés estar perdiendo dos años de tu vida por ahorrarte 60 dólares.
Y menos si alguien te dice que pasó por lo mismo que pasaste vos y lo pudo resolver.

Prefirió ahorrar 60 dólares a cambiar su historia.

Ay..  sí, quiero cambiar, no aguanto! Llevo más de dos años queriendo hacer esto y no puedo. ¡Quiero cambiar! (Pero gratis, si me cuesta 60 dólares, me quedo con los 60 dólares).

Bueno, está bien, una elección de vida, pero una elección de vida que está a la vista hacia dónde conduce.

Así que como conclusión, podría seguir largo con esto porque intercambiamos un par de correos después hasta le mandé audios aclarando que no estaba molesto, que simplemente le hablé en duros términos para que reaccionara. 

No quiso seguir hablando. 

Como Consultor de Marketing debo decir lo bueno y lo malo.

Yo estoy obligado a hacer lo crudo que debo ser para que las personas cambien y activen.

He tenido casos de personas que aún pagándome no hicieron nada o hicieron lo que se les ocurrió. Fijate hasta qué punto llega esto.

Te tengo que cobrar para que “te pique” el bolsillo y tengo que ser duro y crudo para que abras los ojos.

Podría quedarme en la cómoda como las agencias que le dieron asesoramiento gratuito y proponer pavadas que no sirven. Pero si hiciera eso sería un pésimo profesional.

Tengo que ir al grano. Al origen del problema.

Yo te tengo que decir

– escúchame, hace dos años que estás pelotudeando y no hiciste una mierda. ¿Qué te pasa? (lógico que lo diría con otras palabras jeje).
Tu problema no es una estrategia de marketing. Tu problema es más profundo y desde ahí debemos arrancar la consultoría.

En conclusión.

Si vos sos emprendedor, no le hagas perder el tiempo a la gente que te pueda ayudar.
Y acá no se trata de dinero.
Recordá, en mis primeros episodios lo dije, yo estoy trabajando como consultor de marketing pues hubo una vez que pedí presupuesto para hacer un sitio web y no lo pude pagar.  

Me senté a aprender a hacer sitios web, luego me dediqué a ofrecer diseño web y gracias a ello llegué al marketing. 

Así que yo ya sé lo que es no tener dinero. Sé lo que es buscar todo lo gratuito por ahí.
Pero también sé que el tiempo de las personas, el talento, la trayectoria, la calidad, los conocimientos valen y hay que pagarlos.

También sé que cuando me han cobrado y “me picó el bolsillo”, moví el culito y moví las patitas mucho más rápido que cuando conseguía cosas gratis.

Y si vos querés ofrecer servicios como consultor o como profesional, no está de más “pararle el carro” a algunas personas que andan por la vida queriendo conseguir resultados pero sin invertir nada de su parte.

Así que bueno, habrá quien le guste mi modo de pensar, habrá quien no, pero es el que es. 

Espero que haya sido de utilidad este episodio. Hasta el próximo.

¿Querés vender más?

Si querés vender más puedo ayudarte.
¿Qué te parece si hacemos una consultoría por videollamada?

  1. reservás tu lugar.
  2. nos conectamos.
  3. me contás sobre tu negocio
  4. y te asesoro para que mejores tu marketing, contenidos, publicidad o lo que necesites.

¡Deja de perder tiempo, dinero y energía en acciones que no te dan resultados!
Empezá a vender con estrategias, metodologías, contenidos y publicidad.

Escribime y reservá ya mismo tu lugar.