1819 Te autopercibís caviar pero sos mortadela.

¿Sentís que tu negocio es caviar pero solo te golpean la puerta para comprar mortadela? Hoy, jueves 31 de julio de 2025, episodio 1819, te explico por qué, aunque te autopercibas premium, el mercado te trata como si fueras una oferta barata, y te doy el plan para que empieces a atraer a los clientes que sí te pueden pagar.

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

Soy Carlos Malfatti, consultor de marketing, y si querés mejorar tu vida mejorando tu negocio gracias al marketing, contactame en https://carlosmalfatti.com. 🎵 Música: «Golden Sunrise (Instrumental)» de Josh Woodward. Descarga libre y licencia Creative Commons Attribution 4.0 en https://www.joshwoodward.com/song/GoldenSunrise.

¿Te sentís caviar, pero el mercado te ve como mortadela? Si te frustra atraer solo clientes que buscan ofertas en lugar de valorar tu calidad, el problema está en tu comunicación. Te explico por qué tu marketing puede estar gritando «descuento» y cómo podés solucionarlo para atraer al cliente que de verdad merecés.

Te sentís caviar, pero tu cliente te percibe como mortadela.

Este problema le pasa a la mayoría de los dueños de negocios y profesionales. Consideran que lo que ofrecen es de un valor altísimo, pero se frustran porque el mercado no responde de la misma manera. En lugar de atraer clientes que buscan valor, solo llegan los que quieren precios bajos.

No importa si sos diseñador, coach o si vendés ropa de alta calidad; la sensación es la misma. Creés que tenés un producto premium, pero la gente que te llega no es la que esperabas. El problema central es tu posicionamiento y tu comunicación.

El valor que no se comunica, no existe para el cliente.

El principal error es que todo ese valor que vos sabés que tiene tu negocio (la calidad, la experiencia, los años de trayectoria) solo lo conocés vos. Si no se lo comunicás al mercado, para la gente es como si no existiera. Se convierte en información que no vale nada hasta que el cliente ya te compró.

Imaginá que tenés unas cabañas turísticas y sabés que son mejores que las de tu competencia. Si no lo comunicás, nadie más lo sabe. Si tus redes sociales o tu marketing están llenos de contenido genérico o, peor aún, de palabras como «descuento», «oferta», «promo» o «2×1», estás atrayendo exactamente al público equivocado.

Tu marketing está gritando «oferta», así que la gente que va a llegar es la que busca eso. Olvidate de atraer al cliente que paga por valor, porque ese cliente mira tu comunicación y te ve como una mortadela más del montón, y entre mortadelas, elige la más barata.

Por qué tu mensaje no llega: silencio o improvisación.

Hay dos razones principales por las que tu valor no se percibe. La primera es que estás en silencio: no decís nada, no tenés una marca clara, no contás una historia. Para el mercado, sos genérico, uno más.

La segunda, y la más frecuente, es cuando improvisás. Te ponés a crear contenido sin una estrategia y terminás arruinándolo todo. Querés vender un producto premium, pero tu comunicación atrae al cliente que solo busca la promoción. La comunicación de tu negocio no puede ser una improvisación.

Primer paso: alineá tu marketing con tu valor real.

Si te está pasando esto, tenés que cambiar el foco. Analizá todo: tu propuesta de valor, tu narrativa, tus contenidos, tu publicidad y hasta la estética de tus publicaciones. Tenés que alinear cada elemento con el valor real que querés transmitir.

Ojo, este valor debe existir de verdad. No se trata de inventar cosas. Tenés que tener una base sólida sobre la cual construir una propuesta de valor coherente y un sistema de comunicación que la acompañe.

Segundo paso: dejá de tenerle miedo a espantar al cliente equivocado.

Tenés que dejar de tener miedo a espantar al que viene buscando mortadela. ¿Te imaginás a Rolex o a BMW haciendo promociones y ofertas? Jamás, porque esas marcas no están hechas para esos clientes.

Un error común es comparar el bolsillo del cliente con el tuyo. Sacatelo de la cabeza. Que a vos te parezca caro no significa que a tu cliente ideal también. No van a venir los que no quieren o no pueden pagarlo, pero sí vendrán los que sí están dispuestos. Si no, todos los autos, hoteles y ropa serían iguales, y no lo son. Hay pantalones de 40 dólares y de 40.000, y para cada uno hay un público.

Si llega el cliente incorrecto, el problema es tu estrategia.

Las grandes marcas saben cómo construir un marketing que transmite valor, exclusividad y pertenencia. Si vos tenés un producto o servicio que considerás realmente bueno, pero te llega el cliente incorrecto, el problema está en tu mensaje y en tu estrategia.

Analizá tu comunicación, tus contenidos y tu publicidad. Si no tenés una estrategia de marketing definida, creála. De otra forma, seguirán llegando los clientes que no te convienen.

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