1695 Respondo sobre precios de diseño gráfico.

Hoy es viernes 7 de febrero de 2025, estamos en el episodio 1670, y vamos a hablar de cómo calcular precios justos para tus servicios freelance. Si sos profesional independiente y alguna vez dudaste sobre cómo fijar tus tarifas, quedate, porque este episodio te va a ayudar a establecer precios que reflejen el valor de tu trabajo.

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

Arranque del episodio.

Hola, ¿cómo va? Arrancamos otro episodio y hoy es viernes y como todos los viernes… bueno, no como todos los viernes porque durante enero no hubo preguntas y respuestas, ausente. Pero ahora sí, vengo a responder preguntas.

Tema del día: calcular precios justos.

¿Cómo podemos calcular los precios justos de tus servicios si sos profesional? Este es el tema de hoy. Si te dedicás en forma profesional a prestar servicios, sabés que siempre es un tema que genera dudas, controversias, temores. Así que es ideal este episodio para arrancar con las preguntas y respuestas de los viernes.

Presentación.

Así que atentí. Bienvenida y bienvenidos. Soy Carlos Malfatti, arrancamos un nuevo episodio de Marketing para gente como uno. Este es el episodio mil seiscientos setenta y arrancamos otra vez como todos los viernes a responder preguntas de los oyentes.

Te invito, ya que estamos, si querés hacerme alguna pregunta, oyentes @ carlosmalfatti . com y la voy a responder aquí en un episodio. Puedo demorar un poquito porque durante enero no respondí y se me acumularon, pero no obstante aquí voy a estar para cuando llegue el momento de responderte.

La pregunta de Laura.

En el caso de hoy me escribe Laura y Laura me escribe desde Valencia, España.

«Hola, Carlos. Soy diseñadora gráfica freelance y me cuesta mucho poner precios a mis servicios. Siempre siento que cobro menos de lo que debería porque tengo miedo de perder clientes. ¿Cómo puedo calcular mis precios de forma justa y sin miedo a que me digan que soy cara?»

La importancia del mercado y el valor percibido.

Bueno, Laura, el tema es el siguiente: toda vez que se trata de precios hay que pensar en dos aspectos que son importantes.

El primero es el mercado en el que estás. Vos tenés que ver el mercado, tener una idea, solo una idea eh, ojo, de lo que se está cobrando. Y entonces ahí tratar de ir lo más que puedas por encima de lo que se está cobrando.

Pero atención, esto no es una cuestión arbitraria. Esto tiene que hacerse a partir de entender dos cosas principalmente, que lo digo en cada episodio. Lo que vos ofrecés es una solución a un problema de forma que la persona que tiene ese problema estaría dispuesta a darte su dinero.

Y cuanto más dolor le produzca ese problema y cuanta más urgencia y necesidad tenga de resolverlo, más va a pagar. Obviamente, para que esto se dé, para que esto ocurra, él o ella tiene que considerarte, entender o por lo menos percibir que no hay nadie más que vos sobre la faz de la Tierra para resolver ese problema.

Suena así como muy épico, pero es la verdad.

La analogía del dolor de muelas.

Usamos el ejemplo de la aspirina y decimos que cuando hay un dolor de cabeza, por ejemplo, o de muelas… vayamos a las muelas. Que cuando duelen, duelen.

¿Qué significa esto? Que si vos tenés un dolor fortísimo de muelas que no te deja prácticamente ni vivir, no te podés sentar, no te podés acostar, no podés caminar, no podés tomar agua… vas a pagar lo que sea necesario.

Tal vez no vas a vender el auto para comprarte un calmante, obviamente. Pero si vos tenés una farmacia debajo de tu edificio o a veinte metros de tu casa y resulta que esa farmacia es carísima, y tenés otra a diez cuadras que vos sabés que es más barata y que además funciona con tu obra social o no sé qué…

Si te duele mucho la muela, ¿importa un chat que la otra sea más barata? No. Vas a bajar, vas a comprar ese calmante y te lo vas a tomar lo antes posible porque no soportás el dolor.

Bueno, esta analogía del dolor solemos utilizarla mucho en marketing.

Cómo transmitir valor a los clientes.

Entonces, ¿cómo hacer para entender o cómo hacer para transmitirle a tu cliente que vos sos ese calmante, ese remedio para su dolor?

Lo primero es entenderlo bien y en profundidad. Si vos salís a la cancha diciendo “soy diseñadora gráfica y ofrezco diseño gráfico, y ofrezco logotipo y ofrezco diseño editorial”, va a ser muy poco probable. Se te va a hacer muy cuesta arriba para poder cobrar por encima de lo que cobran los demás.

En cambio, imaginemos que vos estudiaste a ese potencial cliente y ese potencial cliente resulta que es un cliente que trabaja para una empresa. Y resulta que esa empresa le ha encomendado a ese gerente que busque un proveedor que le haga un rebranding.

Entonces, sabiendo esto, vas a poder entender que aquí el asunto va un poquito más allá de lo que es el rebranding de ese negocio, de esa empresa. Acá la persona que te va a contratar podría estar jugándose el puesto.

Entonces, entendiendo esto, vos deberías vendérselo como una solución. Una solución no puntualmente de diseño gráfico, sino una solución para un gerente que tiene cantidad de responsabilidades, que le dieron una tarea que hasta incluso puede pensar que no le corresponde, pero que la tiene que hacer igual porque no puede decir que no.

Y vos le estás vendiendo más que diseño gráfico: le estás vendiendo tranquilidad.

Obviamente, si vos te sabés vender, sos buen profesional, te sabés vender y entendés el problema, no vas a decirle “te voy a hacer un logotipo y te lo voy a presentar en Adobe Illustrator, en PNG, en JPG”. No.

Vas a entender que acá el tipo está buscando solucionar ese tema del branding del negocio, pero hacerlo con la menor fricción posible y con el menor riesgo posible. Porque si el tipo mete la pata, puede perder su trabajo o puede tener una reprimenda.

Entonces, ¿qué es lo que ocurre? No le estás vendiendo diseño gráfico, le estás vendiendo la garantía de que el tipo va a poder apoyar la cabeza en la almohada a la noche y no va a pensar en el branding del negocio porque lo ha dejado en manos profesionales.

Aplicación del concepto a negocios pequeños.

De eso se trata.

Imaginate que de repente hay un negocio, un café, que quiere lanzar o quiere inaugurar su primera sucursal.

A esta persona vos no le tenés que vender el logotipo o la carta o todas esas cosas. Obviamente, tu servicio se va a ver materializado en esos elementos. Pero en realidad vos lo que tenés que hacer, y obviamente esto tiene que ser cierto porque acá no se trata de vender humo, es transmitirle al dueño de este negocio que acudir a vos para que le desarrolles la marca, para que le diseñes el logo, para que le hagas la carta del café, por ejemplo, es una inversión.

Una inversión que se va a ver reflejada en el ticket que van a pagar las personas que van a tomar café.

¿Por qué? Porque resulta que vos vas a estar dándole a su negocio una marca. Una marca que va a hacer que la gente lo perciba como un café premium o de mejor calidad, algo como un Starbucks.

Y eso vale dinero. Porque eso el tipo lo va a pagar con los ingresos que va a recibir.

Esa es más o menos la idea.

Cómo calcular los precios de manera correcta.

Luego, por supuesto, vos tenés que pensar cuánto necesitás para ganar por mes, cuántas horas vas a trabajar, cuánto te sale cada proyecto.

Por supuesto que luego hay una manera, si se quiere, de hacerlo sistemáticamente o mediante un sistema para decir “bueno, yo para cada cliente puedo disponer de X horas y entonces este trabajo me demanda tanto tiempo”.

Los precios del mercado son estos, yo quiero ganar por encima de esto. Lo que sea, la típica tablita que ves por ahí con “calculá tu sueldo de freelance” o la típica tablita de los precios de los diseñadores en Argentina o en España, no sé.

No digo que esté mal, es un camino para quien no tiene ni idea.

Pero no se hace así.

Está bien calcular los costos, está bien calcular lo que cuesta vivir, las herramientas que utilizás. Hay toda una serie de elementos que, sí, por supuesto, los tenés que contabilizar, los tenés que tener en cuenta para poder dar un precio que sea competitivo, pero además que te permita vivir de esto que hacés, obviamente.

Pero el camino que yo te propongo es un camino que te lleva mucho más allá. Es el camino de frenar un poquito. No ser una matemática tan simple como “gasto tanto, le sumo tanto para ganar tanto”.

Sino realmente meterte en la cabeza de las personas que podrían solucionar sus problemas con lo que vos tenés para ofrecer.

Si vos entendés las conversaciones que tienen en la cabeza, qué desafíos enfrentan, vas a entender cuánto vale tu solución.

Y tu solución puede tener un precio de mercado como lo que cobran los demás, o puede ser un precio único que se apoya en tu talento, en tu experiencia, en tu marca, en tu confianza, en el conocimiento que tenés acerca de estos clientes ideales y su problemática.

Si sumás todo esto, vas a cobrar el doble, el triple e incluso mucho más que lo que cobra la mayoría de la gente que trabaja de lo que vos trabajás.

Cierre del episodio.

Obviamente, esto no se hace de un día para el otro. Te vas a chocar con la pared muchas veces.

Pero sacate de la cabeza lo de vender igual que todo el mundo.

Si vos vendés como todo el mundo y ponés los precios como los pone todo el mundo, tu vida va a ser como la de todo el mundo: una vida de alguien que labura mucho, tiene clientes que pagan poco, exigen mucho, y al final el trabajo se termina convirtiendo en una pesadilla.

Porque no solamente no te da el dinero que te gustaría que te dé por el esfuerzo, por tus conocimientos, por tu talento, sino que además hasta se torna un trabajo que te hace mal. Te hace mal a tu salud, te quita la ilusión, no te dan ganas de hacerlo hasta que abandonás.

Así que cuidadito con esto.

Espero entonces, Laura… creo que es tu nombre, a ver, miro por acá arriba… sí, Laura. Espero que mi sugerencia haya sido de utilidad para vos y para vos que me estás escuchando también.

Amigas y amigos, todo lo bueno llega a su fin y este episodio no es la excepción.

Esto es todo por hoy y también por mañana, porque mañana es sábado.

Hecho, fate descansar. Pasalo lindo que el lunes nos volvemos a encontrar.

Eso sí, antes de irme: ponete en acción, porque el tiempo no perdona.

Nos vemos. ¡Chau, chau!

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