1228 Sentirse bien es un excelente negocio.

Para tener éxito con tu negocio tenés que apostar, en primer lugar, a mejorar tu vida, hacer todo lo que esté a tu alcance para sentirte bien. Por supuesto que podés tener una vida desastroza y desordenada y ganar dinero pero recordá que nada es gratis y que tarde o temprano vas a pagar el precio de tus malas decisiones.

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

Transcripción del episodio. (*)

*realizada con una herramienta de IA, puede contener errores.

El negocio de sentirse bien.

Muy bien, hoy vengo con un episodio que tiene que ver con el bienestar, con la salud, con sentirse bien.

Unos tópicos que hacía bastante que no estaban presentes en este podcast, o al menos presentados de este modo, quizás, y lógicamente mezclados con otros temas, pero hoy vengo a hablarte puntualmente de esto, de el valor de sentirse bien, pero no solamente por el hecho de uno estar bien, sino incluso desde el punto de vista estratégico relacionado con el éxito de tu negocio, de tu emprendimiento.

No es lo mismo sentirse bien que estar mal.

No es lo mismo estar en óptimas condiciones físicas, mentales, emocionales y hasta te diría espirituales que todo lo contrario. No es lo mismo.

Y como bien lo dije en la introducción del episodio, puede que estés patas para arriba, que tu vida sea un desastre, e igual te vaya bien en los negocios y factures mucho dinero, y esa sensación, entre comillas, de éxito, te dé para pensar que, bueno, tan mal no lo estoy haciendo.

Sin embargo, nada es gratis. Tarde o temprano, la vida te va a pasar factura.

No conviene mantener malos hábitos.

Nosotros no podemos o no deberíamos mantener malos hábitos durante mucho tiempo, ni tampoco exceso de estrés o de distrés.

Hay muchas cosas que uno acepta como la normalidad que no están bien.

Afortunadamente, y el cuerpo es sabio, nos hace saber con dolores, con malestar, con falta de energía, con fatiga, que estamos haciendo las cosas mal. Y cuando esto ocurre, tenés que parar.

Si venís escuchando este podcast de hace tiempo, hay muchos episodios en los que hablo de cosas que me pasan a mí, como cuando me agarró ese burnout que tuve que frenar de golpe, cuando enfrenté momentos de, no sé, de niebla mental, de no saber para qué lado ir.

Yo no soy perfecto, nadie, ¿quién lo es? No hay personas que lo sean. Nadie hace todo bien. Lo importante es caminar, ir aprendiendo, ir mejorando y no dejar de lado lo que es verdaderamente importante.

Sentirse bien es fundamental para la vida y el negocio.

Sentirse bien es importantísimo.

Y nuevamente, no sólo por el bienestar nuestro y de las relaciones, porque también cuando uno está en óptimas condiciones o por lo menos está bien, también el entorno celebra, agradece y disfruta de nuestro bienestar.

Cuando nosotros estamos mal, deprimidos o enojados o con los nervios a flor de piel, también lo sufren las personas que nos rodean.

Entonces ya de por sí razón suficiente como para si vos estás en una situación así medio con los patos volados y pongas freno de mano y trates de encontrarle la vuelta, que no es fácil, pero le podés encontrar.

Pero además, no solamente es bueno para vos y para tus relaciones, para tu vida, por llamarlo de algún modo. Es fundamental para progresar con tu emprendimiento, con tu negocio, con tu empresa. Es importantísimo.

Mi historia: de estar mal a sentirme bien.

Yo podría estar acá horas dándote ejemplos de distintas situaciones que fui atravesando en este último año y medio o dos.

Algunas muy positivas y otras no tanto. Las más.

Recordarás que hablé a finales del año pasado de mi contractura, de la tensión, de que había tenido que trabajar menos tiempo porque no me sentía bien. Por eso digo, podría hablarte hasta cansarme de un montón de ejemplos. No lo voy a hacer, pero sí te voy a decir que todo empezó a cambiar cuando poquito a poquito fui mejorando.

Y hoy te puedo decir estoy bien, no estoy 100 puntos, pero de ese burnout, de ese escenario espantoso que no se lo deseo a nadie, donde prácticamente había perdido incluso hasta las ganas de trabajar, a hoy que estoy nuevamente en velocidad, con claridad mental, con objetivos, con una eficiencia que a veces me asombra a mí mismo.

Hay dos mundos, es el día y la noche. ¿Y qué es lo que ha cambiado? Que estoy bien. Eso cambió. Que dediqué un tiempo importante de mis días a mi salud, a meditar o a relajarme, a hacer actividad física, a introspección, meterme dentro de mi cabeza o dentro de mi mente y tratar de separarme, ser objetivo, no autoflagelarme.

Ni vos ni yo somos humanos perfectos, hacemos lo que podemos.

En definitiva, uno hace lo que puede con lo que tiene. Esa es la síntesis.

Y a veces somos demasiado duros con nosotros mismos, yo el primero.

Y es al pedo, la verdad, porque no se trata de ser negligente, que no te importe nada, que no tengas responsabilidad para con tu trabajo, tus clientes o tus contenidos.

Pero la idea es no llevar todo al extremo de que pareciera que cada decisión es de vida o muerte, cuando en realidad no lo es.

Uno cuando emprende, a veces se mete en una burbuja y la burbuja refleja a un universo muy pequeño, que es aquel en el que uno habita.

Fuera de la burbuja hay mucho más para descubrir, para experimentar, para disfrutar. Pero no, nos metemos adentro de nuestro mundo y eso nos puede perjudicar.

Mi cuerpo me hizo notar que las cosas estaban mal y había que cambiar.

Entonces, poquito a poco, me fui dando cuenta, primero porque lo sentí en el cuerpo.

Porque cuando vos estás todos los días con tensión, con dolores y te tenés que acostar, porque ni siquiera podés estar sentado trabajando, bueno, ya no es broma.

Entonces, listo, estoy mal. ¿Cómo hago para estar bien?

Bueno, afortunadamente, hay infinidad de contenidos en Internet, de gente que ha pasado por lo mismo. E incluso uno a veces también no confía en sí mismo.

Yo creo que cuando la voluntad está y la voluntad es tan fuerte que serías capaz de hacer cualquier cosa, casi no necesitás siquiera de alguien de afuera que te diga qué hacer. Uno sabe qué hacer, uno sabe qué hacer cuando las cosas no están como deberían.

Vengo a decirte que se puede estar bien. Vale la pena que hagas lo posible por sentirte bien.

Entonces, hoy estoy acá para decirte que, así como en algún momento te conté que las cosas no estaban bien y que estaba enfrentando desafíos importantes y me estaba costando, hoy te digo que, si bien no puedo tirar manteca al techo, estoy mil veces mejor, mil veces mejor a cómo estaba. Y misteriosamente o no, todo está funcionando mejor, todo.

Y cuando digo todo, incluso mi negocio. ¿Por qué? Porque tengo otra forma de enfrentar las cosas, porque tengo otra energía, porque estoy más sano física, mentalmente, espiritualmente.

No estoy acá para ser ni ejemplo de nadie, ni gurú de nadie, ni atraerte la receta milagrosa de la vida perfecta, menos yo.

Pero sí para contarte que enfrenté momentos peliagudos y he podido salir airoso e ir mejorando poco a poco. Y eso se ha reflejado en todo mi mundo.

La mayoría de las personas enfrenta este tipo de crisis.

Lo comparto con vos, simplemente, si a vos te pasa lo mismo. Decí, pucha, no estoy sola, no estoy solo. El 90% de la gente anda con los patos volados y con los cables pelados y con los pelos de punta.

Así que ya partiendo de ahí, no creas que lo que te pasa a vos te pasa solo a vos.

Pero lo más importante es que hay salida.

Es que si ponés el freno de mano y le dedicás un espacio de tiempo a analizar tu contexto y a encontrar salidas, las vas a encontrar. Esto es lo que quiero compartir con vos hoy. Que no bajes los brazos porque hay solución.

Lo único que no tiene solución todavía, todavía, es la muerte. Para lo demás siempre hay una salida, siempre hay una solución, siempre hay otro camino.

Así que bueno, espero que haya sido de utilidad para vos. Esto es todo por hoy, no por mañana. Porque mañana nos volvemos a encontrar. Chau, chau.

¿Querés vender más?

Si querés vender más puedo ayudarte.
¿Qué te parece si hacemos una consultoría por videollamada?

  1. reservás tu lugar.
  2. nos conectamos.
  3. me contás sobre tu negocio
  4. y te asesoro para que mejores tu marketing, contenidos, publicidad o lo que necesites.

¡Deja de perder tiempo, dinero y energía en acciones que no te dan resultados!
Empezá a vender con estrategias, metodologías, contenidos y publicidad.

Escribime y reservá ya mismo tu lugar.