1258 Tipos de clientes a evitar (como al mismísimo diablo).
¡Ay, los clientes! Los clientes y clientas de nuestros negocios son pieza clave para que podamos vivir de lo que nos gusta. Sin clientes no hay dinero. Sin embargo, si elegimos mal a los clientes o nos equivocamos y no corregimos lo vamos a pasar mal. Hoy te traigo 5 tipos de clientes a evitar¿Te tocó alguno así?
Bienvenid@s a otro episodio.
Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.
Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.
Transcripción del episodio.
Clientes a evitar.
Muy bien, hoy vengo a hablarte de clientes, clientes o clientas que deberías evitar.
Y hay de todo, hay tanto que podría ser un podcast entero y diario hablando solamente de clientes, de anécdota con clientes y de cosas relativas a los clientes que me han pasado a mí y también a gente que conozco.
La ignorancia de tus clientes sobre lo que ofrecés.
Los de hoy están relacionados con la ignorancia, pero no la ignorancia en sentido peyorativo.
Sino la ignorancia de quienes no conocen lo que uno ofrece.
En muchos casos creen conocerlo, pero no. Y ahí se generan algunos que otros problemitas. Básicamente o en general dentro del ámbito de la prestación de servicios, aunque también ocurre con los productos.
La importancia de elegir a tus clientes.
Importante, te lo he dicho desde que comenzó este podcast, hay que elegir a los clientes y a las clientas. ¿Cómo se hace?
Bueno, filtrando por precio, haciendo cuestionarios previos a la contratación, teniendo reuniones previas, investigando para saber cómo es la persona que piensa.
Hay muchas maneras de hacerlas y bueno, no es función de este episodio profundizar en este aspecto, pero reitero, desde el principio te vengo diciendo que la mejor manera de que te lleves bien con tu actividad, que la disfrutes, es filtrar a los clientes.
Diferencia entre la persona y el cliente.
Importante también, no hablo desde lo humano. Una cosa es la persona, el ser humano.
Alguien puede ser una excelente persona, pero un calambre como cliente.
Estoy hablando de gente que te complica un poquito o te ha complicado un poquito. Sin embargo, no por ser mala persona, sino porque la gente es complicada, ¿qué le vas a hacer?
Entonces, tengo varios casos. Es más, dentro de los casos yo dije cinco ejemplos malos, hay uno que es bueno.
Hay uno que es bueno como para un poco matizar y equilibrar.
El cliente que cree saberlo todo.
Primero, el que cree saber de qué va y te confronta. De estos clientes he tenido.
En algunos casos han sido clientes, en otros casos han querido ser clientes. Y por suerte lo detecté a tiempo. Es el que te pregunta, pero termina diciéndote su parecer. No sabe de qué van las cosas.
Por darte un ejemplo, supongamos diseño web.
Alguien que no tiene ni idea del diseño web te consulta, lo asesoras. Pero después te dice, no, habría que hacer esto, habría que poner aquello. Quiero que pongas un slider en la portada.
Quiero, bueno, de esto tuve clientes particulares. Incluso recuerdo haber tenido una gran empresa de aquí de la Argentina que me volvió loco con un sitio web. Loco, porque no tenía ni idea, ni la persona encargada que me contactó, ni el diseñador.
Eran como tres o cuatro personas que opinaban todas a la vez. Todas opinaban de forma distinta.
No había comunicación entre ellos y todos creían saber, pero no sabían. Y aún así terminaron prácticamente imponiéndome el diseño del sitio web, que a fin de cuentas, después de meses que se fue el proyecto, empezó a demorar y a demorar porque era un caos.
Terminé diciendo, bueno, ¿sabes qué? ¡háganlo como quieran ustedes y listo!
Entonces, ojo con este tipo de clientes.
Cómo evitar al cliente «sabelotodo».
¿Cómo evitarlo? Bueno, siendo clara o claro al momento de efectuar la propuesta de tus servicios. Aclarando estos puntos.
-Mirá, yo tengo una forma de trabajo, una metodología que está fundamentada en mi experiencia, en mis conocimientos. Hago las cosas de esta manera. ¿Estás conforme con esta manera de hacer las cosas? Bien.
-No, porque yo creo, tal o cual…
-bueno, listo, acepto que vos pienses distinto, pero yo trabajo de esta forma.
Listo.
El cliente confuso.
Después hay otro que es confuso, que también me tocó.
Me ha pasado gente que se ha enamorado de mi propuesta. ¡Guau, buenísimo! No sé qué, me encanta lo que haces. Va, hablo con todo el mundo. Yo era por poco Gardel.
(Si no sos de Argentina, Gardel es un ícono del tango y de la música popular argentina y del mundo, gran parte de Latinoamérica, de la década de los 30. Acá en Argentina, cuando decimos a alguien es genial, decimos, «es Gardel». )
Bueno, para este cliente yo era Gardel
Y vos dirás -bueno, entonces, ¿qué hay de malo en este cliente?
El tema es que me decía que sí, pero después, de buenas a primeras, cambiaba todo.
O sea: -me encanta lo que me propones, lo vamos a hacer de esta manera. Y cuando empezaban a implementar, por la propia dinámica de su forma de trabajar y que su negocio era bastante caótico, hacían cualquier cosa.
O contrataban gente que no sabía implementar.
El cliente que confía más en su círculo cercano.
Otro caso, el que confía más en el círculo cercano.
Este es terrible y es muy común. El típico que confía más en el cuñado que en el profesional.
No solamente se trata de la persona que consulta. Es muy común que alguien te consulte, le decís cómo es tu servicio, qué es lo que hay que hacer y va y le pregunta, no sé, a la prima o al cuñado.
No, hay incluso uno peor que te contrata, te paga y termina preguntándole al amigo, al conocido, a un primo del primo de alguien.
Hay tipos, sobre todo cuando pasan cierta edad, sobre todo cuando se han divorciado y han conseguido novias. No te digo último modelo, pero bueno, ponele que la mina tiene una ascendencia sobre estos tipos.
La mina no sabe nada de páginas web, pero el tipo lo que dice la mina lo hace. Bueno, de esto también tuve. Hace mucho, mucho. Esto es hace mucho, mucho. Ni siquiera era consultor de marketing y pasa.
Cómo evitar esta situación.
Importante, si bien está bueno describir el problema o la casuística para sonreír un rato, es importante cómo evitarlo.
Bueno, simplemente tenés que profundizar y preguntar a ver quién toma las decisiones.
Entonces, ese tipo de cosas tenés que tratar de comprenderlas para no desayunarte un día con que resulta que termina la novia diciéndote que tiene que ir en la portada del sitio web.
El cliente desconfiado.
Uno de los peorcitos, la persona desconfiada.
¿Viste que siempre hay una persona desconfiada que ya duda desde el primer momento que te contactó?
Se acerca con temor, con prejuicio. Quizás tuvo una mala experiencia con otro prestador de servicios, con otro negocio, entonces ya viene mal, ya viene encarando mal.
Y a la primera se destapa la olla y te das cuenta de que cometiste el enorme error de haberle dado acceso a tu negocio, a tu vida. Esto es complicado.
Por eso, una de las preguntas que hago yo en el formulario es saber cómo fue la experiencia previa. Tuviste una experiencia anterior con un consultor de marketing o con una agencia. Yo quiero saber, quiero que me cuente.
Muchas veces no es culpa de la persona. Hay mucha gente vendeumo, hay mucho garca, hay mucha gente que cobra sin saber lo que hace.
Lo vemos en el ámbito del diseño web, de las campañas de publicidad paga, del marketing en general, que es lo que yo conozco porque me muevo en este ambiente.
¿Qué hacer con el cliente desconfiado?
Pero en cada sector hay gente que te vende cualquier cosa y no está a la altura de lo que te promete. Bueno, entonces desde ese punto de vista entiendo a las personas.
Pero por otro lado ¿qué culpa tengo yo?
Así que cuando vos veas que alguien viene con desconfianza, ya te das cuenta que te empieza a preguntar 49 mil cosas … hummm, esto viene para atrás.
Más vale decir que no.
El cliente que pregunta, escucha y sigue tus consejos.
Por último, el bueno que existen también, que es quien no sabe, pero te pregunta, explicas, educas y acepta.
No solo que acepta, sino que se deja guiar.
Bueno, y esto es un placer laburar con esta gente porque a veces va más allá del tema dinero. No alcanza con que te paguen.
A mí me ha pasado que me han pagado y me han pagado bien, pero después hacían cualquier cosa.
Entonces termina siendo igual desmotivador. No es que yo quiero solo tu dinero, yo quiero que tengas resultado, quiero que te vaya bien.
Pero si me pagas y después haces lo que se te ocurre a vos, es un drama.
Entonces la persona que te da bola, bueno, es genial. Clientes ideales, yo tengo clientes ideales.
Actualmente tengo clientes que son buenos, que valoran lo que ofrezco, que son buenos pagadores, que me dejan decidir, que aceptan mis sugerencias, mis consejos.
Conclusión.
Entonces, para cerrar este episodio, te propongo que trates de ir hacia ahí.
Te vas a pegar muchas veces contra la pared, pero tardo o temprano vas a ir afinando el olfato.
Vas a ir también creando estos filtros de los que hablo. Vas a ir percibiendo, anticipando cómo son estos potenciales clientes y cómo serían una vez transformados en clientes.
Así que esta es la sugerencia de hoy y es todo por hoy, pero no por mañana, porque mañana nos volvemos a encontrar. Chau, chau.
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