1785 De traductora a desempleada.
Gabriela, traductora de México me cuenta que la IA le come el mercado. Le respondo cómo los profesionales pueden sobrevivir y hasta prosperar en la era de la IA: no es peleando con la máquina, es usando el bocho y aportando valor humano.
Bienvenid@s a otro episodio.
Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.
Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.
¿La inteligencia artificial te da «sogaca» y miedo a perder el laburo?.
Hola, ¿cómo va? Che, tenés una página web, un perfil de Instagram, mandás correos, pero sentís que es como hablar a una pared. La gente mira, pero no hace un pomo, no te compra, no te contacta, no se suscribe. Bueno, hoy vengo a hablarte de por qué te pasa eso, de una palabra mágica que si la entendés puede cambiar tu negocio.
Arrancamos entonces este viernes último día de la semana respondiendo, o respondiendo, dije no, respondiendo a una oyente que en este caso se llama Gabriela, que me escribe desde Ciudad de México. Y aprovecho, hay mucha gente que me escucha de México, vaya el abrazo.
La pregunta de Gabriela (traductora): ¿cómo compito con la IA que desvaloriza mi trabajo?.
Y me dice Gabriela, Carlos, te sigo hace años y tus consejos son oro. Bueno, muchas gracias, gracias Gabi por seguir o por bancar el podcast. Y a vos también que me estás escuchando, te agradezco.
Sigue Gabi, dice, Soy traductora freelance, inglés-español, acá en México. Tengo mucha experiencia, mis clientes quedan satisfechos, pero desde que apareció la inteligencia artificial, mi trabajo se ha desvalorizado y cada vez tengo menos clientes, cada vez tengo menos mercado. Me piden presupuestos más bajos o directamente utilizan herramientas y lo hacen por su cuenta. ¿Cómo puedo competir? ¿Cómo puedo seguir viviendo de esta profesión?
Bueno, en principio, Gabi, nuevamente te digo, muchas gracias por tu pregunta y te entiendo perfectamente. ¿Esto es algo real? El riesgo está, bueno, ya lo has notado, te iba a decir a la vuelta de la esquina, en realidad, ya golpeó tu puerta y hay profesiones como la tuya, incluso la mía, ojo, eh. No sabemos qué puede pasar de aquí a unos años y aquí es donde la IA metió la cuchara y donde la IA funciona maravillosamente bien. Y tal es así que va dejando a gente por el camino. Pero atenti, atenti, atenti, porque no todo está perdido.
Dejá de ser un commodity: el toque humano que la IA no puede reemplazar.
Muchas veces miramos la inteligencia artificial como la mala de la película o el malo de la película. Cuando, en realidad, nosotros tenemos que sacarnos de encima la mentalidad de commodity. ¿Qué es un commodity? Bueno, yo siempre uso el ejemplo de la lavandina. Si vos tenés, o la lejía, no sé cómo le dirán en tu país, pero cuando vos tenés productos que son iguales y ninguno destaca per se por ninguna calidad o por la propuesta de valor o por lo que sea, el potencial cliente, el cliente, los ve a todos por igual. Por lo tanto, ahí manda el precio.
Entonces, ¿qué ocurre con las herramientas? Que las herramientas, por más buenas, por más buenas que sean, quiero decir, no dejan de ser herramientas. Y siempre, esto pasa con la tecnología, llegás a un punto en el que, en definitiva, todas pueden, en mayor o menor medida, ofrecer lo mismo. ¿Cuál es el diferencial o qué es lo que tendrías que ver vos? Bueno, aportar por encima de la herramienta, por encima de la tecnología, tu toque humano para que ahí esté la diferencia.
Te doy un ejemplo más fácil de entender. Cámaras fotográficas. Canon, Nikon, que la que sea. ¿Dónde está la muñeca? Bueno, la muñeca está en el fotógrafo, en la fotógrafa, no en la cámara. Obviamente que no es lo mismo un lente que otro lente, no es lo mismo que una tecnología que otra, pero si vos tenés equipos de fotografía que son similares entre sí, ¿dónde está la gracia? Y en el ojo del fotógrafo, si vos tenés teléfonos celulares que tienen cámara y pueden grabar video, ¿dónde está la gracia? Y la gracia está en el tipo que va a utilizar cualquiera de esos teléfonos, pero que lo va a utilizar para contar una historia y lo va a hacer de modo tal que las personas le presten atención. Entonces, el toque humano le aporta valor a la tecnología.
Bueno, vos tendrías que verlo del mismo modo. Ya no venderte más, olvídate, no te vendas más como alguien que hace traducciones, porque las traducciones que hacías vos ya las hacen máquinas, que la inteligencia artificial, que el Google no sé qué. Entonces, ¿qué es lo que podés hacer? Bueno, aportar lo que te comentaba recién, este ejemplo, el plus humano. ¿Cómo podés vos guiar a alguien que requiere tus servicios para que obtenga la solución que busca?
Un ejemplo, por lo menos hasta ahora. No siempre la inteligencia artificial entiende el contexto cultural, el doble sentido, la ironía, o intenciones profundas que se ocultan detrás de un texto. No capta el tono de la voz, de una marca, no pueda adaptar el mensaje para que realmente resuene con una audiencia específica. Esto sí lo podemos hacer los humanos. Obviamente que si vos la entrenás, va a tener mayores chances. Ejemplo, yo utilizo muchísimo la inteligencia artificial para mis textos. Y mis textos, si vos los lees, no son genéricos, parecen escritos por mí. ¿Por qué? Porque está entrenada. Y aún así, muchas veces, no me entiende, escribe cualquier cosa, se equivoca, o termina devolviéndome algo parecido a un cliché, un personaje, una caracterización, una especie de caricatura que no es real y que yo me doy cuenta. Entonces, esto de momento, no sé qué puede pasar en un año, en cinco años, o en diez años, pero de momento, juega a tu favor. O sea, vos tenés que correrte de ese lugar de, hago traducción. No, ya está, las traducciones las hacen las máquinas. Vos tenés que ser alguien que le aporte un mayor valor.
La especialización es tu chaleco salvavidas: buscá nichos rentables y de alto valor.
Y otra cosa, y esto está relacionado con el episodio que hice, creo que fue el miércoles, hablando de nichos de mercado. Especializate, vendete de manera diferente. Por ejemplo, traducción creativa, cómo adaptar mensajes de marcas internacionales que funcionan para publicidad, para marketing, o literatura, o guiones, y meterle tu estilo, emoción, creatividad, cosas claves que no lo va a hacer una máquina. Entonces, esto es importante.
Vos imaginate que viene una empresa y quiere todo su sistema de comunicación pasarlo al español, porque, bueno, estaban vendiendo un servicio, un producto en el mercado anglosajón y ahora quieren venderlo en México. Bueno, vos sos de México y nosotros con el español tenemos bien claro que no es lo mismo el español de España, el español de México, el de Argentina, el de Colombia, el de Chile. Entonces, todos estos matices, estas pequeñas diferencias que aunque la inteligencia artificial lo pueda entender, nunca se va a desempeñar del mismo modo que una persona. Al menos hasta hoy que estoy grabando este episodio, junio de 2025.
Reconvertí tu servicio: de «hacer traducciones» a aportar soluciones expertas.
Esto que menciono es lo que vos tenés que aprovechar y además especializarte. Ejemplo, en vez de venderte como alguien que hace traducciones, no hago traducciones para el sector de la minería. Tenés que elegir nichos rentables donde realmente alguien te pueda pagar y prefiera pagarle a una persona porque lo que le va a pagar a una persona son monedas, hidrocarburo, extracción de petróleo, medicina, comercio internacional. Acá es donde lo que vos haces lo podés hacer rendir.
Ahora, si vos te vas a ofrecer a un escritor independiente que va a autopublicarse y, bueno, no tiene dinero y no lo va a invertir y probablemente lo haga a medias con la inteligencia artificial o te pague poquito. Entonces, todo esto es lo que vos tenés que aprovechar a tu favor. Incluso, podés vender la revisión porque esto sería como un término medio. Decís, bueno, usted lo hace con inteligencia artificial y yo luego reviso que realmente la traducción sea la correcta.
Educá a tu cliente y construí una marca personal que escape a la máquina.
Entonces, para lograr todo esto tenés que trabajar tu marca personal y, como bien dije, salirte de esto de llamarte traductora. No, ya no va más. La traducción la hace una máquina. Búscale la manera. Búscale la manera de, obviamente, mencionar o dejar en claro que tu tarea es pasar un texto de inglés al español, pero trata de venderlo de forma diferente o, al menos, si vas a venderte como traductora, no ser una más. ¿Estamos? Y esto llévalo a tu comunicación, llévalo a tus contenidos, llévalo a tu publicidad, etc.
Entonces, para resumir y cerrar, el primer punto es que pongas énfasis a la hora de ofrecerte como profesional en todos aquellos elementos humanos que, por lo menos a la fecha, no pueden estar, no los suple la inteligencia artificial. Especializarte, en vez de ser alguien que hace traducción a todo el mundo, trata de ir hacia esos nichos específicos donde está el dinero. Ofrece servicios de valor, por ejemplo, consultoría cultural, adaptación de estilo, revisión experta de traducciones hechas con inteligencia artificial, copywriting, multilingüe, educá a tus clientes con tus contenidos, con tu publicidad, que entiendan la diferencia entre algo que se hace de manera automática y algo que lo hace una persona con criterio, con conocimiento del mercado, con conocimiento de la idiosincrasia, con conocimiento de la cultura.
Consejos finales para Gabriela y profesionales en la era de la IA (y a descansar el finde).
Te vas a dar cuenta que hay gente que lo puede pagar, quizás sea menos, pero te lo va a pagar y es gente que va a venir por valor, por ende, tu tarifa va a ser mejor. Ahora, si vos querés seguir insistiendo en esto de ser una traductora generalista como todo el mundo, ahí tus días están contados, así que atenti Gabriela.
Por lo pronto no tengo más que decir por hoy y tampoco por mañana porque es sábado. Desenchufate, descansa, pasa lo lindo que el lunes, el lunes nos volvemos a encontrar. Eso sí, antes de irme acordate, ponete en acción porque el tiempo no perdona. Chau chau y gracias por estar.
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