1704 Tu vida refleja tus creencias.

Hoy es jueves 20 de febrero de 2025, episodio 1704, y vamos a hablar sobre cómo nuestras creencias moldean nuestra vida. Muchas veces buscamos cambiar nuestra realidad sin darnos cuenta de que lo que debemos cambiar primero es nuestra forma de pensar.

Bienvenid@s a otro episodio.

Bienvenida y bienvenido a marketing para gente como uno.

Soy Carlos Malfatti, Consultor de Marketing y nos encontramos otra vez para hablar de Marketing, Emprendimiento, Redes Sociales, Contenidos, Publicidad y todo lo que tenés que saber para llegar a más personas, captar más clientes y vender más en internet.

La importancia de las creencias en nuestra vida.

Hola, ¿cómo va? Hoy quiero hablarte de algo que muchas veces pasamos por alto: nuestras creencias. Lo que vos pensás sobre el dinero, las relaciones, el éxito e incluso tu propio potencial define, en gran parte, los resultados que obtenemos. Si querés saber cómo cambiarlo y avanzar, quedate porque de eso voy a estar hablándote en un momentito nada más.

Bienvenida y presentación del episodio.

¡Bienvenida, bienvenido! Soy Carlos Malfatti. Arrancamos un nuevo episodio de Marketing para gente como uno. Hoy es jueves 20 de febrero de 2025, este es el episodio 1704 y justamente vengo a hablarte de esto: de tus creencias y de cómo impactan en tu vida y en tu desarrollo profesional.

Esto es importante porque, si bien podés aprender estrategias, técnicas y herramientas, si no cambiás tu mentalidad, tu crecimiento va a ser complicado. ¿Y sabés por qué va a ser complicado? Porque el obstáculo o los obstáculos no están afuera, sino adentro.

Un mensaje clave: el marketing y el dinero.

Antes quiero decirte que, para mejorar tu vida, necesitás guita. Para ganar guita, necesitás vender. Y para vender, necesitás marketing. Así que dejá de dar vueltas y pasate ahora mismo por carlosmalfatti.com. Dejame tus datos y contame sobre tu negocio en el formulario. En breve me voy a comunicar con vos para decirte cómo puedo ayudarte a mejorar tu vida mejorando tu negocio gracias al marketing.

Cómo las creencias crean nuestra realidad.

Las creencias, en cierto modo, crean tu realidad. Esto lo dije hace mucho en un episodio: todos caminamos por la misma calle, pero vivimos en mundos diferentes. Filtramos la realidad a partir de nuestra propia historia y de nuestra visión del mundo. Todo lo que experimentamos es un reflejo de aquello en lo que creemos.

Por ejemplo, si vos pensás que vender es complicado, probablemente se te haga complicado. Si pensás que ganar dinero es difícil, probablemente sea difícil. Si creés que no merecés una buena relación, así serán tus relaciones. Muchas veces, la vida que tenemos es un reflejo de nuestras creencias.

El impacto de las creencias en la vida cotidiana.

Si no tenés un mango, probablemente algo dentro tuyo tenga que ver con esto. Si pensás que el dinero es algo malo, que es difícil conseguirlo o que cuando lo conseguís lo gastás mal, es probable que tu realidad confirme esas creencias. Si creés que tu negocio no puede crecer, seguramente te quedes en el mismo lugar.

Esto no lo digo yo, hay muchísima información al respecto. No soy un experto en desarrollo personal, pero cada tanto hablo de estos temas porque son indispensables. Si querés tener un negocio rentable y diseñar una vida a tu medida con libertad y buenos ingresos, tenés que cambiar la cabeza.

La mentalidad como obstáculo o impulso.

Si no tenés la mentalidad adecuada (mindset, como dicen los americanos), eso va a ser un contrapeso y una limitante. No hablo solo desde los libros, sino desde mi propia experiencia. Hace unos años pensaba de una manera completamente distinta. Creía que merecía cosas solo por existir y le echaba la culpa a los demás, a mi pasado, a mi familia. Pero si no cambiás la cabeza, no obtenés resultados.

Nuestras creencias vienen muchas veces de lo que nos enseñaron en casa, del contexto sociocultural. Mirá cualquier película o novela: el malo siempre es el que tiene dinero. Se nos inculca que la riqueza viene de la explotación. Pero la realidad es que hay muchísima gente que gana dinero de manera honesta. Si otros pueden, ¿por qué no podrías vos?

Cuestionar nuestras creencias.

Una de las mejores maneras de avanzar es cuestionar nuestras creencias. Por ejemplo, «el dinero es escaso». ¿Es realmente así? No. Que vos o alguien cercano no tenga dinero no significa que no haya dinero. Si mirás las noticias, vas a ver empresas que invierten millones en publicidad, que compran y fusionan negocios. El dinero está, la pregunta es: ¿por qué vos no estás accediendo a una parte de esa torta?

Otro ejemplo: «No soy bueno en esto». Quizás no seas bueno en algo, pero sí en otra cosa. Tal vez seas excelente comunicando y no con los números. Tal vez seas muy creativo pero te cueste organizarte. No es cierto que algunos son buenos y otros no, sino que cada uno tiene su talento.

Replantear el pasado para avanzar.

Otra creencia que nos limita es nuestra visión del pasado. Solemos castigarnos demasiado, condenarnos por errores. Pero uno hace lo que puede con lo que tiene en el momento en que está. A veces nos faltaba información, experiencia, o confiamos en personas equivocadas. Mirar el pasado con objetividad e indulgencia nos ayuda a avanzar.

El cambio empieza por la mente.

Si querés mejorar tu vida, tenés que empezar por cambiar la cabeza. Consumí contenidos que te ayuden a ver las cosas de otra manera. Yo, por ejemplo, empecé escuchando pódcasts sobre desarrollo personal en un momento muy complicado de mi vida, y me ayudaron a cambiar la perspectiva. Estaba deprimido, me sentía un fracaso, pero de a poquito fui avanzando. No digo que hoy estoy donde quiero estar, pero estoy en camino.

Hoy hay muchísimos recursos para cambiar nuestra mentalidad: videos, audios, libros, comunidades. Si realmente querés mejorar tu vida, vale la pena intentarlo.

Cierre y despedida.

Amigas, amigos, todo lo bueno llega a su fin, y este episodio no es la excepción. Si te gustó, dejame cinco estrellitas en Spotify y compartilo con alguien a quien le pueda servir. También podés dejarme un comentario.

Por lo pronto, no tengo más que decir por hoy, pero sí por mañana. Nos volvemos a encontrar. Eso sí, antes de irme, acordate «Ponete en acción, porque el tiempo no perdona».

¡Gracias por estar! Hasta mañana.

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