980 Caerse y levantarse para llegar al éxito.


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Emprender es maravilloso aunque en el camino emprendedor haya más espinas que rosas. Lo importante no son los obstáculos sino la determinación de vencerlos, tampoco lo son las caídas, mil veces vas a terminar en el suelo, lo importante es que cada vez que ocurra te levantes y sigas adelante sin dudar.

Un episodio sobre superar las dificultades al emprender.

Este episodio surgió luego de una consultoría por videollamada que realicé para un cliente hace apenas unos días.

La consultoría comenzó como comienzan todas mis consultorías de marketing: hablando del negocio, de los objetivos, fortalezas, debilidades y dificultades (entre otras cosas).

Pero a poco de andar, noté que mi cliente (a quien voy a llamar José para preservar su identidad) estaba enfrentando obstáculos más anímicos que comerciales.

José se dedica a carpintería, por eso me refiero a él en este episodio como «José el carpintero». José se encontraba desanimado luego de realizar distintas acciones sin obtener resultados, por eso contrató mi consultoría.

En este caso, además de darle sugerencias para mejorar su marketing, sus contenidos, e indicarle algunas acciones a seguir, también puse foco en su estado anímico. Sin una mentalidad positiva y el ánimo correcto es casi imposible obtener buenos resultados.

Esta experiencia con José me pareció genial para compartirla y de allí que exista este episodio.

Emprender es un camino con más espinas que rosas.

Si seguís mi podcast sabrás que siempre menciono que el camino del emprendimiento tiene su parte genial pero también otra más complicada. El emprendimiento real se aleja mucho de esa idea romántica y glamorosa que nos venden sobre el éxito instantáneo, los ingresos pasivos o crear un negocio exitoso en breve tiempo desde el garage de tu casa.

Toda emprendedora y todo emprendedor sabe que hay obstáculos y dificultades y que para lograr el éxito se deben superar las dificultades al emprender, no hay escapatoria.

Volviendo a José. Luego de conversar unos minutos quedó claro que lo que gobernaba su presente era una mezcla de desánimo y cansancio. Es como que estaba agotado de “remarla” sin obtener buenos resultados.

El cuadro era tan grave que José estaba a medio segundo de bajar los brazos definitivamente y dejar su emprendimiento. Afortunadamente pude persuadirlo y animarlo a caminar algunos pasos más en dirección a su éxito.

¿Por qué emprendés? ¿Cuál es tu razón más importante? ¿La de más peso?

La vida tiene sus cosas buenas y otras no tan buenas y en el emprendimiento ocurre lo mismo. Y quienes vivimos en América Latina lo llevamos marcado en la piel.

Emprender se trata de buenas y malas, de altibajos, de superar las dificultades. La única receta para el éxito que conozco es la de seguir adelante pese a todo.

¡Ojo! entiendo que a veces no es sencillo hacerlo (del dicho al hecho hay mucho trecho) pero cuando las ganas se te van, la fuerza escasea y no ves un norte claro hay un consejo que estoy seguro de que te va a ayudar a superar ese momento.

Este es el consejo que le dí a José en la consultoría y no es nada del otro mundo, es bien simple: se trata de recordar la razón principal por lo que estamos haciendo lo que hacemos. Para superar las dificultades al emprender nada mejor que recordar nuestrar «razón para emprender«.

José me contó que su razón principal para emprender es su familia, esposa e hijos. Que emprende para dar a su familia la vida que merecen, ese es su principal objetivo.

Al recordar su razón de más peso cambió la energía, la forma de pensar, se animó. José cambió su punto de vista, dejó de poner foco en las dificultades para ubicar en el centro su razón principal: su familia. Esto cambió todo.

¿Cuál es tu razón principal? La mía es la libertad.

Lo que le pasó a José (que afortunadamente pude ayudar con mi consultoría) también me pasa a mí y seguramente te pase a vos.

No digo que sea algo de todos los días, pero como emprendedores vivimos en esa “montaña rusa” que hace que pasemos de la felicidad al desánimo con bastante frecuencia.

Cuando el desánimo se apodera de mí pienso en mi razón principal que es la libertad. Cuando trabajaba bajo relación de dependencia me sentía preso, sin la libertad de hacer lo que quería cuando quería. Tenía un horario y estaba obligado a respetarlo.

Hoy, como emprendedor, tengo la libertad de hacer y deshacer a mi gusto. Esto no significa que mi vida sea perfecta o que no tenga dificultades o problemas. Significa que puedo disponer de mi tiempo de acuerdo a mi conveniencia, gusto o deseo. Esto para mí vale oro.

Otra razón es mi familia, también están mis ansias de progreso personal y otros asuntos, pero la libertad es lo primero para mí. Sin esa libertad no podría lograr lo demás.

Superar las dificultades al emprender.

De eso se trata, de avanzar, de seguir caminando aún cuando las cosas se pongan “patas para arriba”.

El éxito llega con el tiempo, con el esfuerzo, la constancia, la persistencia y la fuerza de pararse luego de cada caída.

Lo mío no son palabras bonitas, creo profundamente esto que te digo porque lo experimento y lo aplico en mi propio camino emprendedor. Yo arranqué a una edad en la que la mayoría ya tiene todos sus problemas resueltos, tuve que transformarme y enfrentar muchos desafíos para lograr lo que hoy logré. Aunque todos avanzamos gracias a la ayuda de los demás y mi caso no es la excepción también te digo que nada me vino de arriba, tuve que dar lo máximo para avanzar cada día.

Lo importante es no bajar los brazos.

¿Te pasa lo mismo que a José?

Espero que este episodio haya sido de valor para vos. Si te encontrás en un estado anímico similar al de José cuando hicimos la consultoría ¡Animo! Recordá tu razón principal para emprender y dale para adelante. Te dejo mi formulario para que me acerques tu comentario o tu punto de vista sobre lo que hable en este episodio.

¿Querés que conversemos?

Si necesitás una mano ¡Contá conmigo! Podés contratar una consultoría por videollamada y contarme qué te ocurre. Estoy seguro de que puedo ayudarte a seguir avanzando. ¡Te espero!.